Con gran expectativa sobre sus definiciones, en presencia del secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Juan José Bahillo, y varios precandidatos a las PASO del domingo 13 de agosto, el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino, dará hoy el discurso de apertura oficial de la Expo Rural 2023, que tuvo gran presencia durante la última semana y cerrará mañana su versión 135 en el tradicional predio ferial de Palermo.
El titular de la entidad más tradicional del campo argentino recibió en la semana al ministro de Economía, Sergio Massa, en un almuerzo amable que al principal precandidato oficial para las PASO le valió incluso críticas de su competidor en la interna, Juan Grabois.
El lunes pasado, Massa respondió a críticas que ya habían adelantado Pino y el presidente de la Cámara de Exportadores de Cereales y de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CEC-Ciara), Gustavo Idígoras, sobre nuevos “parches” como las modificaciones y extensión al “dólar agro” y medidas fiscales para encubrir una suerte de devaluación selectiva y adelantar tanto recaudación como exportaciones, para mejorar las cuentas públicas y las alicaídas reservas del Banco Central.
Al cabo de una sesión en la que también expusieron los precandidatos Javier Milei, Juan Schiaretti, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, Massa respondió las críticas diciendo: “Hay medidas más o menos cuestionables, pero tienen que ver con la realidad del momento” y anticipó allí que que desde septiembre las economías regionales no pagarán retenciones.
“Ninguno de ustedes puede desconocer el momento que el programa con el FMI y la sequía le imponen a la economía y que exige que el trabajo que venimos haciendo tenga que ver con cuidar la estabilidad macro y cuidar al sector productivo tan importante”, dijo Massa en su discurso luego del cual compartió un almuerzo amable con la dirigencia rural, en el que incluso intercambió gestos afectuosos con Pino.
Sin embargo, no se espera del discurso ruralista una mirada positiva sobre las recientes medidas ni -mucho menos- sobre la política económica de un gobierno con el que el sector mantiene una muy mala relación, que trasciende largamente los problemas causados por la sequía.
Entre quienes escucharán a Pino, además de Bahillo, estarán –otra vez- el jefe del gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, el precandidato del PRO a sucederlo, Jorge Macri, amén de diputados y candidatos de la coalición opositora, como Ricardo López Murphy, Martín Tetaz y José Luis Espert, que es además productor agropecuario.
Las palabras de Pino reconocerán, al igual que las del gobierno, el fortísimo efecto de la sequía (entre otros impactos, una merma de más de USD 20.000 millones en las exportaciones), pero subrayarán los daños que la política oficial impuso e impone al campo, que en los últimos 20 años aportó unos USD 150.000 millones solo en concepto de retenciones.
(Adrián Escandar)
Aún este año, pese a la sequía, el sector sigue siendo el principal aportante de divisas del país, con cerca del 40% de las ventas externas, luego de haber explicado en 2022 más del 60% y pagar, en concepto de retenciones, unos USD 9.600 millones, equivalentes a casi USD 1,1 millones por cada una de las 24 horas de los 365 días del año.
Los reproches principales a la política económica del gobierno, más allá de los gestos efusivos que Pino se dispensó con Massa, tienen que ver con el manejo de la política cambiaria, la aplicación de retenciones e intervenciones como cupos (“valores de equilibrio”) y medidas de excepción que desalientan la actividad agropecuaria.
También habrá mención a las trabas a las importaciones de maquinaria e insumos, que ya se está notando en la disponibilidad de los “fierros” que demanda una realización eficiente de las actividades agropecuarias.
La mención al avance de países vecinos -en especial, de Brasil- en términos de producción agropecuaria, exportaciones y ganancia de mercados será otro modo de exponer las deficiencias de la política gubernamental, en detrimento de lo que el campo y la agroindustria se atribuyen, con buenos argumentos, ser: los sectores más productivos y competitivos de la economía argentina.
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