El interminable proceso electoral argentino vuelve a pasar factura. La incertidumbre extrema llevó a Sergio Massa a habilitar la posibilidad de liquidación del 30% del total de exportaciones a través del contado con liquidación. El alto costo asumido por el Central ayudó para tranquilizar el comportamiento de los distintos tipos de cambio, pero solo temporalmente.
El fuerte salto del dólar libre, que pasó en una sola jornada de $890 a $950, significó un claro cambio de tendencia tras varias jornadas de bajas consecutivas. La búsqueda de cobertura está a la orden del día, tanto en el caso de empresas como de individuos. Claro que muchas veces la capacidad para dolarizarse llega a un límite, ante la necesidad de afrontar obligaciones en pesos, como alquiler, expensas o pago del resumen de la tarjeta.
El aumento de la oferta de divisas a través de la liquidación de los exportadores en el canal del dólar contado con liquidación está ayudando a mantener a los dólares financieros relativamente controlados, levemente por encima de los 850 pesos.
Sin embargo, la relativa tranquilidad del mercado cambiario post elecciones es percibida como temporal. Sobre todo, por la falta absoluta de certezas sobre lo que podría ocurrir en la segunda vuelta electoral y por ende en las semanas posteriores.
El escenario si gana Sergio Massa o Javier Milei luce prácticamente binario y eso produce aún más desconcierto entre los inversores. No hay ninguna duda que “el día después” de la segunda vuelta será muy diferente si gana uno u otro. Sobre todo porque el incentivo de Massa como ministro será muy diferente si es elegido como el futuro presidente o si, por el contrario, debe manejar la transición para que asuma su contricante tres semanas después.
Es casi inevitable que los inversores busquen volver a cubrirse con la compra de dólares o activos que permiten invertir en moneda dura ante las dudas que hay no solo respecto a quién ganará la elección, sino también que podría pasar el dia después. Todo dependerá además de quién gane la segunda vuelta
Los futuros de dólar también vienen mostrando que la expectativa por parte del mercado es muy diferente al camino que intenta mostrar el Gobierno.
Las acciones y los bonos también reflejan este clima de dudas y no muestran una dirección clara. Pero lo que menos hay es euforia ni en el mercado local ni en Wall Street por la incorporación de activos argentinos. El largamente anunciado “trade electoral” funcionó muy bien hasta las PASO. Pero la floja elección de Juntos por el Cambio cayó como un balde fría para los inversores ya en agosto. Y desde entonces nunca lograron recuperarse.
No solo las acciones están 30% debajo de sus precios respecto a los niveles previos a las primarias. Tampoco los bonos en dólares vienen mostrando un buen comportamiento. Al contrario, la suba de tasas en Estados Unidos desalentó la compra de bonos emergentes y los títulos argentinos lo sufrieron todavía más.
Moody’s alertó que es muy probable que la Argentina tenga un “evento de crédito” entre 2024 y 2025, dando a entender que se aproxima una nueva reestructuración de la deuda. Si sucede, que es lo más probable, se tratará de otra señal muy negativa para los mercados, que ya ven al país como un incumplidor recurrente de sus compromisos.
En los próximos días es esperable que crezca la presión de compra en el mercado libre, que podría volver a niveles de $1.000 para la venta. El Gobierno mantendrá hasta las elecciones el esquema de liquidación de 70%-30% para todas las exportaciones. Y si bien la semana próxima empezará a moverse muy tímidamente el tipo de cambio oficial, que está congelado a $ 350 desde mediados de agosto, es esperable que esa adecuación gane en velocidad sobre todo a lo largo de diciembre.
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