La Dirección General de Aeronáutica Civil de Chile (DGAC) confirmó este martes que expertos de su cartera liderarán la investigación sobre el incidente que provocó una fuerte turbulencia durante un vuelo de la aerolínea LATAM este lunes, cuando cubría el tramo Sidney-Auckland. Para ello, un equipo de profesionales del área de Operaciones y Aeronavegabilidad viajarán a la ciudad neozelandesa para comenzar con los trabajos.
“Se ha coordinado con la Comisión de Investigación de Accidentes de Transporte de Nueva Zelanda que la respectiva investigación la realizará la Autoridad Aeronáutica de Chile”, se lee en una nota difundida por la DGAC en la que explica que la decisión se basa en que el incidente ocurrió en espacio aéreo internacional pero sobre una nave con matrícula chilena.
De todas formas, la Comisión de Investigación de Accidentes de Transporte (TAIC) de Nueva Zelanda había informado más temprano que confiscará las famosas “cajas negras”, es decir los archivos de grabaciones de voz de la cabina y de datos del vuelo que proporcionan información valiosa sobre la trayectoria de la aeronave y las comunicaciones entre los pilotos, antes, durante y después del hecho en cuestión.
“TAIC está en proceso de reunir pruebas relevantes para la investigación, incluida la incautación de grabadoras de voz y datos de vuelo de la cabina”, comentaron, mientras la Autoridad de Aviación Civil local sumó que ya se ha iniciado una causa formal sobre el caso y colaborará en las pesquisas de la forma que sea necesaria.
Por su parte, LATAM Airlines también señaló que ayudará a esclarecer las circunstancias que llevaron a este “fuerte movimiento” durante el vuelo, que dejó a -por lo menos- 50 de los 272 pasajeros heridos luego de experimentar un brusco descenso en el aire.
De momento, las autoridades que tomaron el caso no han logrado dar con una explicación para el repentino cambio que sufrió la aeronave, un Boeing 787-9 Dreamliner.
Según pasajeros a bordo del servicio, cuyo destino final era la capital chilena, el avión perdió altitud rápidamente cuando sobrevolaba el mar de Tasmania y propulsó al techo a todas las personas que no llevaban puesto su cinturón de seguridad.
“Cuando me desperté, la persona que estaba a dos asientos del mío, con un espacio libre entre los dos, estaba en el techo y pensé: ‘Estoy soñando’. No fue uno de esos casos en los que te encuentras con turbulencias y te caes un par de veces… simplemente nos caímos”, comentó Brian Adam Jokat, un ciudadano canadiense que viajaba hasta Santiago.
“La gente volaba de un lado al otro y todo daba mucho miedo. Había sangre en el techo, la gente volaba y rompía el techo del avión”, sumó Valentina, otra pasajera.
Junto con los relatos de los testigos, se conocieron fotos y videos tomados desde el interior de la cabina.
A raíz de estos movimientos bruscos, los servicios de rescate neozelandeses fueron alertados y movilizados junto con más de una docena de ambulancias y vehículos médicos hasta la zona para atender a los afectados. Dos personas debieron ser trasladadas a un hospital cercano mientras el resto de los heridos presentó lesiones en el cuello, la cabeza, y huesos rotos.
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