Un grupo de economistas argentinos le planteó a la número dos del Fondo Monetario Internacional (FMI), Gita Gopinath, su apoyo a las medidas fiscales adoptadas, dudas sobre el mediano plazo y críticas a la dolarización.
En un encuentro reservado, los analistas –de la oposición e independientes– se encontraron con la representante de Estados Unidos en el organismo multilateral en un hotel en Buenos Aires. Con sigilo, llegaron de a uno a la sede del Fondo en Paraguay y Cerrito y se les pidió total confidencialidad.
El pacto se cumplió, pero Infobae pudo saber que asistieron el ex ministro de Economía Hernán Lacunza, el ex viceministro Pablo Guidotti, el ex economista jefe del Banco Central Eduardo Levy Yeyati, el ex secretario de Finanzas Miguel Kiguel y los consultores Ricardo Arriazu y Marina Dal Poggetto.
Gopinath estaba acompañada por el subdirector del Departamento del Hemisferio Occidental, Luis Cubeddu, y el jefe del caso argentino, Ashvin Ahuja.
Habló poco y preguntó mucho. Cada uno de los asistentes le dio su parecer y, pese a los matices, hubo varios ejes de consenso.
Gopinath, acostumbrada a los temas macroeconómicos y financieros globales, se mostró interesada en el caso argentino y en las reformas emprendidas por Javier Milei, lo que para algunos expertos del sistema financiero refleja que habrá más dólares del Fondo para el Gobierno.
Los economistas le expresaron que el ajuste fiscal ha tenido un efecto positivo sobre la inercia inflacionaria, pero un freno fuerte sobre el nivel de actividad. En particular, castigó a las jubilaciones y a los sectores no formales, que ya habían perdido frente a la suba de los ingresos en 2022 y 2023.
La economista no brindó pistas sobre los planes del Fondo en la Argentina. Sin embargo, para algunos de los asistentes, su presencia en el país refleja tanto el interés del Tesoro de Estados Unidos como del propio Fondo por la suerte de su principal “cliente” por el crédito que tomó en 2018 Mauricio Macri y en 2022 renovó Alberto Fernández.
“Gita está preocupada habitualmente por los temas globales y no se involucra en los casos específicos de los países; su viaje a Buenos Aires refleja que estén interesados en que al gobierno le vaya bien”, indicó un experto. Otro aclaró que esta gira también indica que el Fondo está “preocupado” por la viabilidad de algunos de los planteos del Poder Ejecutivo, porque temen sobre la resistencia social a un ajuste con recesión que no muestre resultados rápidos en términos de su implementación.
Todos los preparativos del viaje estuvieron rodeados de un halo de misterio: el FMI solo blanqueó que Gopinath llegaba al país luego de que Infobae difundió la noticia; luego, fue complejo conocer los detalles de su agenda por presuntos “motivos de seguridad” argumentados desde el organismo. Y hoy, la vocera del Fondo, Julie Kozack, se limitó a decir en la conferencia de prensa en la que cinco periodistas le preguntaron sobre esta visita que habrá una comunicación formal una vez que Gopinath viaje al G20 a Brasil.
Como telón de fondo, varias fuentes del sector privado creen que habrá un nuevo programa con el Fondo, tal como lo enunció ayer el propio ministro Luis Caputo, sin brindar más detalles. Se cree que esos recursos adicionales permitirán acelerar y facilitar la unificación cambiaria, una prioridad absoluta para el organismo de Washington. En cambio, hay más dudas sobre la posibilidad de que el organismo apoye con más recursos una dolarización plena, tal como planteó en algún momento el presidente en su campaña electoral y que ratificó en su gira europea.
En cualquier caso, luego de la decepción generada con el gobierno de Alberto Fernández, el Fondo quiere confiar en un gobierno que se manifiesta pro-mercado y que expresa su intención de llevar a cabo reformas estructurales, un sueño dorado para Washington que, dada la historia del país, genera más dudas que certezas.
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