El plazo fijo es, y probablemente seguirá siendo, el mecanismo de inversión más demandado por los pequeños ahorristas argentinos, pero en los últimos meses han crecido significativamente otras formas de inversión menos populares, pero que han dado mejores resultados.
Según los últimos datos publicados por el Banco Central (BCRA), en julio pasado los argentinos colocaron $24,6 billones en plazos fijos, lo que representó una caída real (descontando el efecto de la inflación) del 43,1% en relación al mismo mes del año pasado.
De ese valor, $23,5 billones fueron plazos fijos tradicionales, no ajustables por CER, UVA, tipo de cambio o cualquier otro instrumento vinculado directa o indirectamente a la inflación. Ese tipo de inversión en particular se desplomó 44,1% en términos reales durante los últimos doce meses.
El resto fue a plazos fijos ajustables por CER o UVA. Este instrumento también cayó en la comparación interanual (-1,5%), pero si se desglosa el número y se mira un poco más adentro, se encuentra que los plazos fijos atados a la inflación “precancelables” (es decir que se pueden dar por terminados en cualquier momento), registraron un crecimiento real del 61,1% en el último año, un valor completamente a contramano de lo que ocurrió con los plazos fijos tradicionales. Si bien la cantidad de dinero invertido en ese tipo de instrumentos es menor (945.900 millones de pesos), no deja de ser llamativo el crecimiento registrado entre julio de 2023 e igual mes de este año.
Ahora bien, si se analiza lo ocurrido específicamente en el último mes (julio vs junio), se obtienen otros resultados interesantes de analizar. Los plazos fijos crecieron 3,6% en ese período, pero hubo otro instrumento que aumentó su volumen 3,8 veces más. Se trata de los depósitos a la vista remunerados. En total se colocaron $10,4 billones en esos depósitos, un 14% más que en junio en términos reales. Ningún otro tipo de depósito logró crecer más del 4% en igual lapso de tiempo.
“Las colocaciones a la vista remuneradas registraron una expansión mensual en términos reales de 14% s.e., que estuvo vinculada al incremento en el patrimonio de los Fondos Comunes de Inversión de Money Market (FCI MM), los principales tenedores de este tipo de depósitos”, explicaron desde el BCRA.
Empresas como Mercado Pago, Ualá y Naranja X, son algunas de las que operan con los Money Markets para solventar las cuentas remuneradas de los usuarios.
El resultado coincide con lo que expresa un informe de la consultora Quiddity que muestra que el 38% de los asalariados argentinos utiliza las billeteras digitales para poner a rendir su dinero inmediatamente después de cobrar. De hecho, una de cada cinco personas retrasa lo más posible el pago de los servicios y/o tarjetas para poder generar mayores rendimientos con sus salarios.
El objetivo: no perder
Para los especialistas del sector financiero, la tendencia que se refleja en los números del BCRA responde al deseo de los ahorristas de no perder contra la inflación. “Hay una tendencia de caída de los plazos fijos tradicionales, que tiene que con la evolución de la inflación y con la baja de las tasas de interés, que están siendo negativas en términos reales. Por eso crece la demanda de plazos fijos UVA precancelables, porque al menos no pierden contra la inflación”, explicó el economista Raúl Mercau.
“Las cuentas a la vista remuneradas están por debajo del IPC, pero son una alternativa atractiva para los pequeños inversores, porque permiten tener liquidez a la vez que ofrecen un rendimiento. Es un proceso de transición hasta que la tasa de inflación llegue a niveles mucho más bajos. Lo que los ahorristas buscan no es mayor liquidez, sino no perder contra la inflación”, insistió el experto.
Las cuentas a la vista remuneradas están por debajo del IPC, pero son una alternativa atractiva para los pequeños inversores, porque permiten tener liquidez a la vez que ofrecen un rendimiento (Mercau)
Para Mercau, la evolución de los plazos fijos va a depender de la política de tasa de interés que tenga el Banco Central a futuro. Es poco probable, aseguró, que se observe un crecimiento marcado de la demanda hasta tanto las tasas vuelvan a ser reales positivas. “Es muy difícil ahora, pero cuando la inflación baje a niveles más cercanos a cero, los plazos fijos van a empezar a ser reales positivos”, argumentó.
Elena Alonso, gerente general de Emerald Capital Global, explicó que la preferencia por los instrumentos atados a la inflación se replica en otra clase de herramientas financieras. “Hay una demanda creciente de activos ajustados por inflación, dado que el dollar linked no está teniendo mucho movimiento. Se buscan fondos y bonos que siguen la evolución de los precios”, comentó.
“Se pueden comparar los plazos fijos tradicionales con las Lecaps (funcionan a tasa fija) y a los plazos fijos en UVA con los fondos CER y bonos CER. Para la demanda de más largo plazo plazo quizás es mejor asegurarse una tasa fija, con Lecaps. Si en cambio se busca una inversión de corto plazo, es más recomendable un instrumento ajustado por inflación”, opinó la experta.
Lo cierto es que es una realidad que se ve una demanda de herramientas que se ajustan por inflación. Es algo que se está dando después de lo que pasó en el primer semestre, cuando se quedaron muy desfasados con los pesos cuando aumentó tanto la inflación y hubo una pérdida tan grande del poder adquisitivo.
También compartió su mirada Camilo Tiscornia, titular de C&T Consultores, quien recomendó analizar también la variación de los instrumentos financieros en el corto plazo. “Generalmente veo variaciones de 30 días, para ver un período más corto. En esa perspectiva, los plazos fijos en CER son muy pocos todavía, pero la perspectiva de los últimos días es que los depósitos que no ajustan por CER, que habían ganado bastante impulso en julio, ahora perdieron un poco de terreno. En cambio, los ajustables por CER, están creciendo ahora al 5%, un poco más que los comunes”, apuntó.
Tiscornia recordó que los plazos fijos en CER tenían un gran dinamismo a partir del cambio de Gobierno, porque el mercado especuló que luego de la devaluación vendría un gran pico de inflación. “Efectivamente, desde enero más que se duplicaron los depósitos en instrumentos en CER. Luego entraron en un período de volatilidad, pero ahora se están recuperando un poco. Van de la mano de la expectativa de inflación”, analizó.
En este contexto financiero, los ahorristas argentinos enfrentan un desafío constante: cómo proteger y hacer crecer sus ahorros en un contexto de alta inflación y fluctuaciones económicas. A medida que el Banco Central ajusta su política monetaria y las tasas de interés, es probable que los inversores sigan explorando diversas alternativas para mantener su poder adquisitivo.
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