“La forma es el fondo”, dijo Jesús Reyes Heroles, uno de los máximos ideólogos del Partido Revolucionario Institucional (PRI). La frase por años fue el cimiento del tricolor, un partido que más allá de las decisiones que tomaban, se distinguió por preponderar la institucionalidad y donde las acciones no eran públicas hasta que estaban tomadas.
Es lógico que los tiempos ya no son los mismos, México no es el país que gobernó el PRI por más de siete décadas de forma ininterrumpida, tanto así que pasó de ser ese instituto que administró cada resquicio del Estado, a ahora ser la tercera fuerza política, en algunos casos hasta la cuarta o quinta.
La dirigencia de Alejandro Alito Moreno Cárdenas ha sido fuertemente cuestionada, no sólo por perder gubernaturas, espacio en los congresos locales y en el nacional, tener acusaciones por su presunta participación en actos ilícitos, sino porque ha cambiado algunos actos que en tricolor se hacían hasta por protocolo, pero ahora no se hacen más.
El apoyo del PRI al PAN
En los partidos políticos existen reglas implícitas, esas que no aparecen en los estatutos ni en los reglamentos y el PRI, al ser el partido político con mayor antigüedad en la actualidad, tenía muchas de esas, especialmente en quién era la persona que gobernaría el país.
Por años se habló del famoso “dedazo” o “destapado”, en donde se sabía que un priista continuaría a un gobierno priista. Durante la fundación y la consolidación del partido nunca se imaginó que se pudiera representar al partido por una persona de otro partido, regla que hoy se rompió.
El miércoles 30 de agosto quedará grabado como el día que Alejandro Moreno anunció que el Revolucionario Institucional apoyaría a una candidata proveniente del Partido Acción Nacional (PAN) —si bien Xóchitl Gálvez no está afiliada, llevaba ligada al partido desde el 2003—, instituto que desde 1939 se había consolidado el principal rival del tricolor.
La acción que ocurrió este día fue una de las preocupaciones que lanzaron algunos de los militantes que se opusieron a la reforma de los estatutos el 12 de agosto de 2017, cuando se cambió el artículo que definía las características que tenía que tener el aspirante a las candidaturas del partido, pues se decidió que la afiliación al partido ya no fuera uno de los puntos que podría descartar perfiles.
Sin embargo, en aquel año funcionó la reforma debido a que el PRI puso como candidato al entonces titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Pública (SHCP), José Antonio Meade Kuribreña, quien era un hombre cercano al partido, de hecho su padre fue diputado federal con el tricolor, pero que no militaba.
Otras de las voces apuntaban a que la reforma abría la puerta a los gobiernos de coalición, uno de los actuales objetivos del Frente Amplio por México; sin embargo, en el ideal del PRI no estaba que otro partido pusiera a la persona que aparezca en las boletas, sino que se creyó que siempre serían ellos los que decidieran el rumbo de la alianza.
Plutarco Elías Calles
Los símbolos para los partidos son importantes ya que dan identidad y cohesión entre la militancia, por eso es que “la forma es el fondo” y, más allá de no contar con candidato presidencial propio por primera vez en su historia, la figura del fundador del partido también fue trastocada.
El “apoyo total” del priismo a la senadora del PAN fue dado a conocer en el auditorio Plutarco Elías Calles, nombre del fundador del Partido Nacional Revolucionario (PNR) en 1929 y quien sentó las primeras bases del tricolor, aunque luego pasó a ser el Partido de la Revolución México y posteriormente el PRI.
El expresidente de México se caracterizó por muchas cosas, entre ellas de ser uno de los protagonistas de la Guerra Cristera, luego de que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM) negó la personalidad jurídica a las iglesias, incluso limitó totalmente la participación del clero en la política.
Algunos de los personajes que más condenaron esta acción fueron los que fundaron años más tarde el Partido Acción Nacional (PAN), nació por necesidad de no sólo criticar la forma de gobernar del PRI y las ideas de Calles, sino por combatirlo desde lo institucional, lo que provocó que por años denunciaran persecución política y amenazas del tricolor.
Hoy la historia es totalmente diferente y en un análisis histórico, el PRI le abrió las puertas a un perfil distinto a los suyos, anunció apoyo total al PAN en el auditorio Plutarco Elías Calles, acciones que eran impensables en la época del priismo recalcitrante.
Como inicio este texto, los años han cambiado y el país ya no es el mismo, un sector de la sociedad ha pedido que la oposición se una con el fin de imponerse al gobierno federal; no obstante, incluso dentro de la oposición, la alianza entre el PRI y el PAN —que se consolidó en 2020— ha sido muy criticada debido al antagonismo que protagonizaron por décadas ambos partidos.
El Revolucionario Institucional desde el año 2000 comenzó una nueva etapa de su historia, la cual se profundizó cuando en el 2018 volvieron a perder la Presidencia de la República, así que sólo queda ver qué camino tomará el partido que lo tuvo todo y ahora apoyará a un perfil ajeno con la intención de vencer a la Cuarta Transformación.
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