El ministro de Economía Luis Caputo inició su almuerzo con la plana mayor de la Unión Industrial Argentina (UIA), en su primer encuentro formal con empresarios tras el anuncio del primer paquete de medidas de la semana pasada, que incluyó un dólar más caro para el comercio exterior, la eliminación de las SIRA y un plan para saldar la deuda comercial que acumulan las industrias importadores con proveedores del exterior.
El encuentro comenzó a las 13 en la sede de la UIA en el centro porteño y asisten los miembros del Comité Ejecutivo de la entidad que preside Daniel Funes de Rioja. Esa mesa está integrada, entre otros directivos, por Miguel Ángel Rodríguez (Sinteplast), David Uriburu (Techint), Adrián Kaufman Brea (Arcor), Martín Rappallini (Cerámica Alberdi), Guillermo Moretti (Federación Industrial de Santa Fe), Luis Tendlarz (Algodonera del Valle), Rodrigo Pérez Graciano (Citroen) y Paula Bibini (Unión Industrial de Salta), entre otros.
El jueves de la semana pasada, los industriales se habían reunido con el secretario de Comercio, Pablo Lavigne, quien les adelantó su decisión de derogar la Ley de Abastecimiento, que se enmarca en la vocación desregulatoria del sector expresada por el gobierno de Javier Milei.
Ese mismo día, uno de los hombres fuertes del sector fabril, el presidente del Grupo Techint Paolo Rocca, destacó la oportunidad de avanzar en “un cambio estructural” que permita el “reinicio de la Argentina”, al valorar la decisión del nuevo Ejecutivo de limitar la intervención del Estado en la economía y recuperar espacio para la iniciativa privada.
El encuentro comenzó a las 13 en la sede de la UIA en el centro porteño y asisten los miembros del Comité Ejecutivo de la entidad que preside Daniel Funes de Rioja
El sistema de importaciones SIRA, que otorgaba plazos de pago con dólares a precio oficial de acuerdo al tipo de compras al exterior, fue reemplazado ya la semana pasada por un nuevo marco regulatorio. Las SIRAs fueron eliminadas pero los plazos de acceso a divisas fueron mantenidos, también con una discriminación según qué tipo de importación se trate.
Un día después del anuncio del plan económico inicial de Milei y Caputo, el Banco Central publicó una comunicación en la que daba forma a un bono (Bopreal) que colocará la autoridad monetaria en favor de los importadores que acumulen deuda comercial.
Se trata de un título del BCRA que será suscripto en pesos pero que será pagadero en dólares con un plazo máximo de 2027 y que devengará una tasa de interés de 5% anual como máximo, aunque su interés será determinado durante las licitaciones que haga la entidad que preside Santiago Bausili.
Los importadores podrían vender esos bonos en el mercado secundario, cobrar en moneda norteamericana en la fecha de finalización o presentarlos para su rescate por el BCRA, aunque a cambio de pesos. Pero, a diferencia de un bono dollar linked, si se cobrara en su finalización, el Bopreal no pagará en pesos equivalentes sino que los tenedores recibirán dólares. Todavía no fue anunciado en qué momento se realizarán las licitaciones.
El jueves de la semana pasada, los industriales se habían reunido con el secretario de Comercio, Pablo Lavigne, quien les adelantó su decisión de derogar la Ley de Abastecimiento
En este punto el Poder Ejecutivo sí buscará aplicar un filtro. El Gobierno cree que parte del stock de deuda comercial de los importadores, que entre los dirigentes industriales calculan por encima de los USD 40.000 millones, se trata en realidad de pasivos “intra firma” que podrían ser refinanciados de otra manera. En los últimos días la Secretaría de Comercio e Industria comenzó a trabajar en un mecanismo para pasar en limpio ese número.
El plan Caputo también tuvo una repercusión en el tipo de cambio para el comercio exterior: las importaciones de todo tipo (bienes o servicios) comenzaron a costar $940 por dólar tras la aplicación de una alícuota de impuesto PAIS diez puntos porcentuales más alto que antes, de 17,5 por ciento. Ese reajuste en la estructura de costos de la producción también podría implicar tensiones adicionales a la inflación.
El dólar exportador, por su parte, estará marcado por un esquema de 80-20, por el cual el 80% es liquidado en el Mercado Único Libre de Cambios (MULC) y el 20% restante en el contado con liquidación, lo quedaría como resultado un tipo de cambio de $860. A cambio de ese salto competitivo por la devaluación, el Gobierno de Milei aumentó la alícuota de derechos de exportación a las ventas al exterior, con un piso de 15 por ciento.
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