Científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Estados Unidos, han diseñado una maquina que convierte las señales de Wi-Fi en electricidad para alimentar los dispositivos electrónicos sin la necesidad de tener que cargarlo por la noche.
Los científicos han creado un pequeño artículo bidimensional con materiales muy delgados y flexibles, que absorbe las ondas de la red inalámbrica así como otras ondas electromagnéticas en el aire, y las convierte en electricidad.
Gracias a este invento, que convierte la señal en corriente directa útil, el Wi-Fi podría convertirse en una fuente de energía generalizada. De acuerdo con Tomás Palacios, profesor de ingeniería eléctrica e informática en el MIT, se ha allanado el camino para la recolección de energía sustraída del medio ambiente.
"Cuando tienes uno de estos dispositivos, estás recolectando energía las 24 horas del día, los 7 días de la semana (…) se podría cubrir el escritorio con un mantel electrónico y aunque solo esté en el escritorio, se estaría recolectando energía todo el tiempo", aseguró el investigador a la revista Nature.
Converting Wi-Fi signals to electricity with new 2-D materials https://t.co/mLFlTLPTxP pic.twitter.com/e2nLJlk78n
— Massachusetts Institute of Technology (MIT) (@MIT) January 29, 2019
Aunque la potencia lograda no supera el rango de los microvatios, el invento acerca al hombre a la posibilidad de obtener electricidad de casi cualquier sitio, y poder usarla en nuestros teléfonos celulares, computadoras portátiles y otra serie de aparatos.
Palacios y sus colegas diseñaron una antena que recibe la radiación emitida por cualquier aparato que use las frecuencias de los 2.4 gigahercios (GHz) y los 5.6 GHz. Esta corriente alterna fluye hacia un semiconductor de disulfuro de molibdeno (MoS2), donde se convierte en corriente eléctrica directa.
El sistema diseñado por los científicos del MIT tiene una eficiencia de entre el 30% y el 40% en pruebas de laboratorio, produciendo alrededor de 40 microwatts cuando se expone a señales que llevan 150 microwatts de potencia.
"No suena como mucho comparado con los 60 vatios que necesita una computadora, pero aún se puede hacer mucho con eso", explicó Palacios.
"Se pueden diseñar una amplia gama de sensores para monitoreo ambiental o detección química y biológica, que operan con un solo microwatt. O puedes guardar la electricidad en una batería para usarla más tarde ", agregó.
A pesar de que anteriormente se habían creado otros dispositivos de recolección de energía, estos eran rígidos, frágiles y muy complejos para fabricarse a gran escala. Por el contrario, las láminas de disulfuro de molibdeno se puede producir en máquinas industriales, lo que implica que puedan ser lo suficientemente grandes como para capturar cantidades útiles de energía.
"En el futuro, todo se cubrirá con sistemas electrónicos y sensores. La pregunta es ¿cómo podemos potenciarlos? ", concluyó Palacios.
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