Según cree la Justicia, el coiffeur Luis Abel Guzmán asesinó a su compañero Germán Medina en la peluquería Verdini de Recoleta por celos, odio, resentimiento profesional y un conflicto con el uso de formol, según cree la Justicia, en medio de ser blanco de un posible despido del lugar. Así lo sostuvo el juez Javier Sánchez Sarmiento, a cargo de investigar el caso, que procesó ayer miércoles a Guzmán por el delito el homicidio agravado por la alevosía y el uso de arma de fuego, según confirmaron fuentes judiciales a Infobae.
Luego del crimen, cometido el 20 de marzo, Guzmán pasó dos meses prófugo hasta que fue atrapado en Paso del Rey, tras ser delatado por un vecino que lo entregó para cobrar la recompensa de $5 millones que el Ministerio de Seguridad de la Nación ofrecía por su cabeza.
En el texto de su decisión, Sánchez Sarmiento hizo un recorrido por las pruebas que incriminan al peluquero. Luego, traza el motivo por el cual Guzmán decidió llegar esa noche a la peluquería con un arma y ejecutar a su compañero de un disparo certero en la cabeza.
“Ningún conflicto de relación amerita el despliegue de un atentado contra la vida de un ser humano, considero que el móvil del homicidio de Germán Gabriel Medina se trataría de una cuestión celos, odio y resentimiento profesional”, aseguró el juez.
Luego el magistrado ahondó en los motivos: “Tal como surge de las actuaciones, Germán Gabriel Medina expuso el conflicto que generaba el uso indiscriminado de formol por parte de Guzmán, no sólo frente al resto de sus compañeros, sino frente a su encargado y a su empleador, Facundo Ramón Verdini”.
El uso del formol -producto empleado para alisar el cabello- es clave en esta historia. Desde el principio del caso, los empleados de la peluquería aseguraban que Guzmán utilizaba el producto para alisar el pelo y esto no estaba bien visto por sus compañeros. Especialmente por Germán, que se quejaba en reiteradas ocasiones. Para el juez, ese es el motivo del crimen.
En otro párrafo, el juez se refiere a una inconsistencia en la declaración testimonial del dueño de la peluquería, aunque sin llegar a ser tomarla como un falso testimonio.
“A diferencia de lo que refirió el titular de la peluquería Verdini al prestar declaración testimonial, como bien lo señaló Benjamín Jeremías Astorga (empleado) y lo insinuó Noelia Giselle Palazzo (empleada), el despido de Luis Abel Guzmán del comercio Verdini era inminente y el acusado lo sabía. Guzmán no iba a ser suspendido, “iba a ser despedido” y tenía conocimiento de ello, ese despido con causa y que Verdini estaba esquivando, llevó a alargar el conflicto en el tiempo, conflicto que venía de antigua data y al que aparentemente no le podía poner coto”.
Guzmán, además de procesado, fue embargado en 40 millones de pesos. Mientras pasa sus días en una alcaidía porteña, en el Servicio Penitenciario Federal ya le buscan cupo para trasladarlo. Todo indica que su destino sería el Complejo Penitenciario N°1 de Ezeiza.
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