“El sistema cambiario no es un ‘mercado único y libre de cambio’ sino un desdoblamiento confuso e insincero, donde no existe ni unidad ni libertad”, escribió hoy Domingo Cavallo, en su blog, en un posteo en el que alertó que la inflación dejó de caer e instó al gobierno a avanzar en reformas microeconómicas, de desregulación de la economía, y empezar a levantar las restricciones cambiarias eliminando primero la parte financiera y luego la parte comercial del cepo.
Citando un gráfico y datos de su hijo, el también economista Alberto Cavallo, el exministro señaló que con la inflación ahora por debajo del 6% mensual, “el gobierno tiene que preocuparse porque en los próximos meses no vuelva a aumentar”. De hecho, Alberto Cavallo, profesor de la Universidad de Harvard, había señalado el 1 de mayo pasado que la tendencia inflacionaria en la Argentina se había reducido al 78% anual, la mitad de su tendencia previa. Pero el martes pasado señaló en la red social X: “la inflación mensual en Argentina dejó de caer: llegó al 3.5% el 19 de mayo, pero subió al 3.8% en los últimos días según datos de PriceStats”.
Teniendo esos datos en cuenta, Cavallo padre, que ya había alertado que bajo las actuales condiciones la inflación tendría un “piso” mensual cercano al 5%, escribió este sábado: “el ataque definitivo contra la inflación con simultánea reactivación vigorosa de la economía “recién podrá aplicarse a partir de la unificación y liberalización cambiaria que se logre sin salto devaluatorio”.
A su vez, dice el exministro, para que la desinflación se consolide “es necesario clarificar cómo se avanzará hacia el sistema monetario de competencia de monedas”.
Al respecto, Cavallo subraya que el actual sistema monetario no permite que el dólar cumpla eficientemente todas las funciones de una moneda legal, en especial la de servir de “reserva de valor”, de modo de usar ahorros en dólares para financiar inversiones o capital de trabajo de personas y empresas, porque el cepo lo impide, algo en lo que coincide -y lo señala- con el ministro de Economía, Luis Caputo, y el presidente del Banco Central (BCRA), Santiago Bausili.
Cómo levantar los cepos
La cuestión es cómo desarmar los controles cambiarios. Cavallo diferencia el “cepo comercial”, que obliga a los exportadores a vender los dólares de sus exportaciones al BCRA -que también administra los pagos por importaciones- del “cepo financiero”, que declara ilegal la compra y venta de dólares por fuera del llamado Mercado Único y Libre de Cambios (MULC), aunque permite bajo ciertas condiciones usar bonos en dólares, cotizables en pesos y en dólares para convertir cuentas bancarias de pesos a dólares y mover capitales desde y hacia el exterior.
De ambos cepos surge el mercado informal. Cavallo aclara al respecto: “el dólar billete que circula abundantemente en Argentina y los dólares depositados en el exterior que no figuran en el patrimonio declarado de residentes argentinos, son todos dólares blue”. Se trata un mercado alimentado por el cepo comercial vía subfacturación de exportaciones y sobrefacturación de importaciones prácticas -dice el exministro- “muy difundidas luego de tantos años de cepo comercial”. A su vez, el cepo financiero provoca la existencia de dos mercados “pseudo libres” (no todos pueden acceder a ellos): el del dólar MEP o Bolsa y el del “Contado con Liquidación”. Son mercados muy ineficientes, dice Cavallo, porque tienen costos de intermediación muy altos.
El cepo comercial le sirve al BCRA para comprar los dólares del superávit comercial al tipo de cambio oficial, y con el cepo financiero busca manejar la brecha mediante regulaciones (como el “Blend” para exportar) y operaciones con bonos. Por eso dice que se trata de un desdoblamiento “confuso e insincero, que condena muchas transacciones lisa y llanamente a la ilegalidad”.
Por eso el exministro insiste en que un primer paso de ordenamiento sería mantener el cepo que permite al BCRA hacerse de los dólares del comercio exterior pero liberalizar totalmente el resto de las transacciones, en especial las de servicios y financieras por movimiento de capitales.
“Es el mejor camino para avanzar hacia un sistema monetario de competencia de monedas. No puede haber competencia entre el peso y el dólar como monedas alternativas si el rol del dólar como reserva de valor está condenado a la ilegalidad”, dice Cavallo, quien agrega que la esa competencia de monedas quedará perfeccionada cuando se reunifiquen los mercados comercial y financiero, “pero el paso previo por la liberalización del mercado financiero es ineludible”.
La única manera
Según Cavallo el único mecanismo capaz de permitir e inducir la re-monetización en dólares de la economía es liberalizar el mercado financiero junto con el blanqueo de capitales y la autorización a los bancos para recibir depósitos en dólares “con la misma facilidad y prerrogativas de los depósitos en pesos”
A partir de allí aparece una diferencia crucial de visión con el presidente Javier Milei y el ministro Caputo, quienes apuntan a la “emisión cero” e incluso a declarar la emisión un delito imprescriptible, lo que significaría la desaparición del peso y también del Banco Central. Según Cavallo, más allá de cuántos pesos ponga en circulación el BCRA, la desmonetización o remonetización surgirá del comportamiento de la tasa de inflación.
Si, como dicen Milei y Caputo, mantendrá constante la Base Monetario, la demanda de pesos aumentará en términos reales “porque al desinflarse la economía la gente decide aumentar su ahorro en pesos, el nivel de precios tendrá que reducirse, es decir, tendrá que haber deflación”, un proceso largo y doloroso. Si, por el contrario, prosigue, “la gente decide ahorrar menos en pesos, tendrá que haber inflación, aun cuando no haya emisión de pesos”. En ambos casos, resume Cavallo, el resultado sería negativo.
Por eso el exministro enfatiza que si el objetivo fuera estabilizar el nivel de precios y evitar tanto la deflación como la inflación, el BCRA “en lugar de mantener la base monetaria constante tendrá que manejar los encajes legales de los depósitos en pesos y en dólares, las tasas de interés en ambas monedas (a través de operaciones de mercado abierto con bonos en pesos y en dólares e intervenir en el mercado cambiario comprando o vendiendo reservas de tal manera de tender a estabilizar el precio del dólar en pesos. Esto es lo que hace, magistralmente, el Banco Central del Perú”.
Esto es, entre competencia de monedas y dolarización, Cavallo se planta firmemente en el campo de la competencia de monedas manteniendo la existencia del peso y del Banco Central
¿Otra devaluación?
Por último, Cavallo alerta que la actual cotización de los dólares financieros (MEP y CCL, que el viernes cerraron en $1.251 y 1.214 respectivamente) “subestima el tipo de cambio que resultaría en el mercado único y libre, sin cepo.
Por eso mismo, advierte, tanto Economía como el BCRA podrían sobreestimar su capacidad de contener la inflación mediante el crawling peg (deslizamiento cambiario) del 2% mensual. Eso a su vez, remata, “aumenta el riesgo de que no sea posible la eliminación completa del cepo sin un salto devaluatorio inicial que vuelva a exigir realineamiento de precios relativos de bienes transables y tarifas de servicios públicos”.
Para avanzar realmente en la reducción de la inflación y la recuperación de la economía, Cavallo insta al gobierno a avanzar en la desregulación, elogia que tanto Milei como Caputo hayan declarado su intención de eliminar el impuesto PAIS y las retenciones y se entusiasma con la posibilidad de que Federico Sturzenegger ocupe un puesto ministerial para avanzar en ambos frentes.
Además, ve una ventana de oportunidad en la extraordinaria recaudación fiscal de mayo, de 366% nominal respecto a igual mes de 2023, para reiniciar obras públicas, mejorar “la calidad del ajuste del gasto público” y negociar con las provincias “para que acompañen los esfuerzos desreguladores … comenzando con la reducción de los impuestos distorsivos que son de jurisdicción provincial, en particular los que gravan a los ingresos brutos.
En especial, Cavallo recomienda reiniciar obras públicas nacionales y provinciales que tienen financiamiento externo (cita al respecto líneas del BID por USD 6.500 millones pendientes de desembolso para financiar proyectos cuya ejecución ha sido suspendida). Su inicio, apunta, “podría comenzar a revertir la fuerte caída del nivel de actividad en la construcción, ámbito en el que se ha producido el mayor porcentaje de pérdida de empleos privados”.
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