El Gobierno busca un acuerdo con bancos internacionales para conseguir USD 2.800 millones que le permita cubrir vencimientos de deuda que enfrentará el Tesoro en enero, en una negociación que esperan tener resuelta “mucho antes” del momento del pago, según confirmaron altas fuentes oficiales a Infobae, en línea con declaraciones del presidente Javier Milei el viernes pasado.
Esas conversaciones con entidades financieras son encabezadas por el equipo del ministro de Economía, Luis Caputo, y contempla una operación conocida como Repo, es decir un préstamo directo desde ese consorcio de bancos hacia el Tesoro, en la que se entregarán títulos públicos como garantía.
La intención oficial es despejar las dudas que surgieron entre inversores sobre la capacidad de pago tras el último anuncio de intervención sobre la brecha y un segundo semestre en el que el Banco Central, entidad que preside Santiago Bausili, perderá reservas. El riesgo país se mantiene por encima de los 1.500 puntos básicos y obtura la posibilidad de volver al mercado internacional de deuda para buscar un rollover habitual de los vencimientos. La ingeniería con la que buscan dar una señal de solvencia no está exenta de costos y riesgos.
Milei anticipó el fin de semana en una entrevista brindada al canal Neura que espera volver a los mercados de deuda para refinanciar los vencimientos del 2025, aunque aseguró que en caso de que no sea así tiene “abrochado los Repo” para cubrir esos compromisos. “Pagamos como sea”, afirmó el Presidente.
Es en ese marco que Caputo espera cerrar un préstamo Repo con bancos internacionales para cubrir el pago de USD 2.800 millones que tienen lugar en enero de 2025 y anunciarlo “mucho antes” de ese momento, explicaron a este medio desde el Gobierno sin dar mayores precisiones.
El Gobierno también había anunciado hace dos semanas que el Tesoro compraría al BCRA los dólares necesarios para afrontar los USD 1.500 millones de intereses que operan ese mes, medida que se encuentra en “proceso operativo” según dijo una de las fuentes. El trabajo es encabezado por el secretario de Finanzas, Pablo Quirno.
La operación de Repo (Repurchase Agreement) consiste en un préstamo de bancos al Tesoro a cambio de una garantía, títulos o activos del Estado, con el compromiso de recomprarlo en una fecha y precio determinada.
Un operador de la city porteña recordó a este medio que durante su paso como ministro de Finanzas, Luis Caputo, había realizado en 2017 una operación similar para conseguir unos USD 6.000 millones con un plazo de devolución a 18 meses y una tasa de 3,8% anual. Habían participado Santander, BBVA Francés, Citibank, Deutsche Bank, HSBC y el JP Morgan a razón de USD 1.000 millones cada uno.
Los compromisos de deuda en moneda extranjera que quedan en este semestre no deberían presentar un gran problema pero los inversores miran con detenimiento los compromisos de 2025. La consultora Econviews detalló que solo en enero caen USD 5.100 millones explicados por amortizaciones e intereses de Bonaerense y Globales.
“Aparte de los USD 8.900 millones de los bonos también vencen USD 5.100 millones de multilaterales, USD 3.000 millones del FMI, USD 2.300 millones de Bopreales y USD 500 millones de otras deudas. Todo esto suma USD 19.800 millones. Desde 2026 hasta 2032 los vencimientos superan los USD 20.000 millones por año”, completó Econviews.
Los inversores advierten que en las condiciones actuales el BCRA no tendrá los dólares para que el Tesoro afronte esos pagos, algo que se refleja en el riesgo país de casi 1.600 puntos básicos. La semana pasada Caputo confirmó, tal como había anticipado Infobae, que la entidad envió oro al exterior para conseguir una “tasa”. La medida abre la puerta a usar el metal como garantía para conseguir dólares líquidos a través del Banco Internacional de Pagos (BIS, por sus siglas en inglés).
“Es una medida defensiva viendo que los mercados hoy están cerrados para la Argentina. Sin embargo, el superávit comercial sumado al equilibrio fiscal en algún momento debería relajar las condiciones de financiamiento. Soy más optimista que lo que ve el mercado en materia financiera. Creo que en algún momento se va a despejar”, dijo Alfredo Romano, economista de Romano Group.
“Por este nivel de riesgo país te van a pedir un volumen alto (de bonos como garantía) si lo bueno que los bonos valen más más o menos 50 dólares entonces ahí tenés una a comparación de hace seis meses atrás está un mejor escenario se piensa también a un momento se especula que pueden también utilizar el oro que también podría ser otro otro mecanismo sobre todo por afuera tienen liquidez con lo cual se pueden operar”, continuó Romano.
Una operación de esta naturaleza implicaría una suba en el stock de deuda en dólares y podría implicar la necesidad de “reponer” cada vez más bonos si el riesgo país no bajara, mencionó otro economista que pidió reserva de su nombre. Durante el Repo de 2017 se utilizaron bonos AY24 que tenían un cupón de 8,75% anual. El repago del préstamos se hizo en agosto de 2019, días después de las elecciones primarias que provocaron una caída en el precio de los bonos en garantía.
La apuesta oficial es conseguir el refinanciamiento, con una vuelta a los mercados de crédito, y si el escenario ante los mercados internacionales siguiera siendo esquivo, acudir a ese acuerdo Repo para despejar dudas. Un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que incluya fondos frescos puede aliviar la carga. Sin embargo, la relación no pasa por el mejor momento y ondula entre las durísimas críticas del presidente a uno de los funcionarios clave del organismo; y el canal de diálogo habitual entre los equipos técnicos.
Milei acusó el viernes a Rodrigo Valdés, director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, de tener “mala intención” con la Argentina. El Presidente considera que el funcionario trabó la posibilidad del Gobierno de obtener un desembolso extra del Fondo por USD 10.000 millones.
En ese contexto, en los próximos días Luis Caputo y Kristalina Georgieva compartirán la cumbre de ministros y banqueros centrales del G20 en Río de Janeiro. Aún no está confirmada una reunión bilateral entre el ministro de Economía y la directora gerente del FMI, aunque la última vez que tuvieron un cara a cara fue, precisamente, en una instancia anterior de la agenda del G20, a fines de febrero, en San Pablo.
Caputo se llevó de aquella cumbre un guiño del FMI y de la secretaria del Tesoro Janet Yellen. El contexto de esta nueva reunión de ese foro, a metros de la playa carioca, será distinto. El Gobierno pretende avanzar con firmeza en un acuerdo financiero nuevo que le otorgue desembolsos adicionales como hipótesis de máxima. Con esos dólares, creen en los despachos oficiales, el equipo económico quedaría más cerca de poder ejecutar una salida del cepo ordenada.
El juego de tiempos es clave: Caputo mencionó, como fecha de referencia, algún punto de este año, más bien sobre el cierre de 2024. Una incógnita es cómo avanzará ese diálogo hacia un programa distinto en el marco de las urgencias que afronta el Poder Ejecutivo y las medidas defensivas que anunció en los últimos días. La última fue la de encarar un apretón monetario aún más fuerte y tratar de aspirar otros 2,5 billones de pesos que fueron usados desde mayo para la compra de reservas en el MULC.
El Fondo Monetario no se pronunció públicamente al respecto de esa medida, que en términos prácticos hará que el Gobierno destine la mayor parte de los dólares que adquiere en el mercado oficial hacia el mercado paralelo, lo que implicará un ritmo de acumulación de reservas más lento, en un trimestre además en que la perspectiva de caída de reservas ya era estimado oficialmente en USD 3.000 millones. Por estatuto, el Fondo Monetario suele ser refractario a este tipo de maniobras.
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