El Gobierno de Javier Milei buscará desde el lunes avanzar en la segunda fase de su programa económico en donde buscarán la limpieza de los pasivos remunerados del Banco Central y la emisión monetaria cero, cortando esa “canilla”, pasos claves tanto para alcanzar la eliminación del cepo cambiario como para anclar las expectativas de inflación. Para eso buscarán que esa deuda de la autoridad monetaria, los pases, migren al Ministerio de Economía a través de un canje voluntario que comenzarán a negociar la próxima semana con los bancos.
La medida, que cuenta con el respaldo del Fondo Monetario Internacional (FMI), de ser exitosa implica en la práctica un pasamano de esos compromisos del BCRA al Tesoro por, en principio, $17,5 billones (2,6% del PBI) por lo que implicará la necesidad de un férreo sostenimiento de la disciplina fiscal, mantener el superávit e incluso aumentar el ajuste o la recaudación. Fuentes oficiales calcularon que se necesitaría un 0,3% de ahorro adicional.
“Lo importante del mensaje es que se acaba la emisión de los pasivos remunerados. Entonces, el objetivo de ir a emisión cero es ser un anuncio importante para hacer”, explicaron desde el Palacio de Hacienda.
Los detalles de la estrategia fue anunciada este viernes por el ministro de Economía, Luis Caputo, y el titular del BCRA, Santiago Bausili, durante una conferencia de prensa brindada en el microcine del Palacio de Hacienda. Ambos estarán presentes en el encuentro con los bancos de la semana que viene según adelantaron a este medio.
El mecanismo para enviar los pases pasivos al Tesoro será la entrega de una letra de regulación monetaria a la que accederán los bancos para colocar los pesos que será administrada por la autoridad monetaria pero que pasará a contabilizarse dentro de la deuda del Palacio de Hacienda.
Si bien los detalles técnicos serán definidos en los próximos días, se habla de una letra con cupón flotante, indexado a la tasa de política monetaria que fija el BCRA. Actualmente la tasa de los pases es de 3,3% efectiva mensual, por debajo de la inflación, y el equipo económico espera converger en algún momento a rendimientos positivos aunque no dieron precisiones sobre cuándo se alcanzaría ese nivel.
La primera etapa del plan fue migrar una parte de esos pases a instrumentos del Tesoro a tasa fija (Lecap), con un rendimiento del 4,2% efectivo mensual. Ahora buscarán migrar la deuda remanente, dividida en $6 billones colocada por los bancos privados y $11,5 billones por los públicos según los números del head of research de Romano Group, Salvador Vitelli con cierre hasta este viernes.
“Esto supone la migración de dicha deuda al Tesoro, donde la deuda consolidada no cambia cuantitativamente aunque sí cualitativamente. Por ende, aún mayor protagonismo deberá tener el ancla fiscal”, explicó el economista.
“El Tesoro se compromete doble al superávit fiscal. Esto que hasta ahora fue una promesa política, o tener un objetivo, del déficit fiscal cero pasa a ser una medida en la que el Tesoro se tiene que hacer cargo en forma directa de este equilibrio monetario. Los mercados van a estar mirando la solidez del peso con base en el compromiso del Tesoro de cumplir con del déficit fiscal”, explicó en esa misma línea Bausili durante la conferencia de prensa.
Caputo explicó que tras una primera etapa de cerrar la emisión para cubrir el déficit fiscal, ahora se inicia una segunda para dejar de emitir para cubrir los intereses de los pasivos remunerados del BCRA. No hubo definiciones sobre otro frente que son los puts, o seguros, que tienen los bonos del Tesoro e implican una emisión de $18 billones en caso de que los bancos ejerzan el derecho de desprenderse de los títulos.
Una vez cumplidos esos procesos, aseguró el ministro, será el turno de los controles cambiarios: “La salida del cepo es una tercera etapa, que va a ser una etapa de crecimiento. No nos hemos fijado una fecha, sino parámetros de orden macroeconómico. No queremos sobresaltos en la gente, como una potencial suba del dólar, que genera más inflación, desempleo y todas cosas que los argentinos ya han visto durante mucho tiempo”.
“Buscamos que la gente entienda la robustez del programa y que esto nos va a permitir profundizar el proceso de desinflación y de esa manera darnos el tiempo para salir de las restricciones cambiarias cuando las condiciones están dadas”, agregó Caputo.
El ministro anticipó que habrá una reducción de la alícuota del impuesto PAIS: “Lo vamos a bajar, como dijimos desde el día uno. Va a ser tan pronto sea reglamentada e implementada la Ley Bases y el Tesoro empiece a recibir los ingresos del paquete fiscal. Seguramente sea entre agosto y septiembre”.
Otro punto clave para la salida del cepo es el de la acumulación de reservas en el BCRA, algo que solo aparecería de la mano de un nuevo acuerdo con el FMI. Los funcionarios fueron consultados por la baja acumulación de reservas que el BCRA evidenció en junio y reconocieron que el tema “genera algo de ansiedad”. Bausili explicó que la estacionalidad del movimiento de las reservas indica que “en la época de cosecha es común que se acumulen reservas y que en el invierno se pierdan reservas”. En el acuerdo con el FMI ya se contemplaba que “desde junio hasta septiembre se pierdan reservas y en el último trimestre se recuperan”.
“De hecho, se estipula que se perderán USD 3.000 millones. Que junio haya terminado donde terminó (USD -54 millones) es solo consecuencia de que este invierno se adelantó. Mayo fue el más frío del que haya registro. Eso hace que importemos más gas para calefacción. Si julio viene más leve, puede ser que eso amengüe un poco. No es sorpresa, es lo que esperamos y es lo que anticipamos”, afirmó el titular del Central.
Sobre la negociación de un nuevo programa con el Fondo y el pedido de fondos frescos para salir del cepo, Caputo señaló que “recién se está empezando a hablar” y que la Argentina no hizo ningún pedido de un monto concreto al organismo.
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