En la trigesimoquinta edición de Feria Internacional del Libro de Bogotá, Calle y Poché presentaron su nuevo libro: “¿Y si no es conmigo?” Un nuevo capítulo en la historia de M y D, que ya viven un presente a todas luces sólido y estable, pero un episodio inesperado cambiará su percepción y les mostrará lo frágiles y vulnerables que pueden llegar a ser las relaciones. Este libro es la continuación de “Sí, sí es contigo”, con el que arrasaron en ventas desde el día 1 de su publicación.
Infobae habló con las estrellas multiplataforma sobre el proceso creativo detrás del libro y los retos de continuar la historia de unos personajes que su público ama.
— ¿Cómo fue retomar la historia de su primer libro, que fue un éxito en ventas, y escribirlo a cuatro manos?
— Poché: Creo que es como un brainstorming constante y también diría que es como un debate constante. Creo que es muy cool que ambas somos muy distintas, como los personajes del libro, precisamente. Eso hace que el proceso de escribir sea más curioso y específico, porque creo que ambas estamos siempre sumando algo o viendo las cosas desde una perspectiva que de pronto la otra no había analizado hasta el momento y eso es lo que es muy mágico a la hora de escribir.
Diría que es una constante suma, así sea quitar algo del texto, o modificar algo, como que todo va sumando para llegar a algo que se sienta muy fiel a cada una, pero como un puente entre las dos.
— Calle: Sí, creo que también nosotras como equipo siempre pensamos en qué es lo mejor para el proyecto que estemos haciendo, qué es lo mejor para esta historia, qué es lo mejor para este libro… y eso también requiere a veces, no sé si la palabra es «ego», el quitar que yo estoy en lo correcto y tú no. Las dos siempre estábamos muy abiertas a «Ok, esto es lo que yo pienso; esta es mi posición; qué piensas tú; no sé, de pronto, mirémoslo por este lado», y siempre estamos en un constante «qué es lo mejor para este bebé que estamos teniendo en este momento», más que ver quién tiene la mejor idea, quién tiene el mejor «x» o «y». Siempre es estar muy abiertas a la opinión de la otra, con felicidad, literalmente, de recibirla, porque sabemos que lo que sea que tenga cada una por decir va a sumar.
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— ¿Y cómo es el escribir, quién se sienta a escribir, o escriben por separado y después unen esto?
— Poché: La verdad, quien tiene el teclado suelo ser yo, porque Calle suele espichar las letras…
— Calle: Soy un poquito disléxica…
— Poché: Entonces, es interesante porque diría casi que Calle es más de escuchar mis ideas, y yo escuchar las de ella, pero ella es como si lo fuera escribiendo en tiempo real verbalmente. Creo que yo transcribo como cuando ya está precisamente diciendo un texto un diálogo o algo, como que lo transcribo…
— Calle: Y después de que ella hace esa parte, yo voy leyendo casi que página por página y entre las dos, vamos diciendo «ajustemos esto» o «¡Uy gorda! Esto está divino, pero no entiendo, o sea, hagámoslo un poquito más digerible; pongamos esto acá», y así. Es una constante de este trabajo en equipo. Algo que tenemos las dos muy claro es que, al ser un equipo, cada una sabe en lo que cada una es mejor. A eso me refiero. Ella es una excelente escritora. Yo podría decir que soy una muy buena editora y que las dos somos creativamente muy buenas y muy buen equipo, entonces…
— Poché: Sí, tenemos como un gusto muy similar, entonces como que fluye muy bien sin importar si la idea la estoy diciendo en voz alta o si Calle coge el computador y la está escribiendo, creo que todo va como muy a un mismo fin.
— ¿En qué ha cambiado el proceso entre ese primer libro y este segundo? ¿Cómo fue afrontar esta historia y contar algo más, continuarla?
— Poché: Creo que fue una montaña rusa, porque creo que, aunque estamos muy, muy, muy, muy extasiadas y muy emocionadas con el recibimiento del primero, eso también significaba una responsabilidad del mismo tamaño y una presión triple de ya escribir sobre algo preexistente, sobre personajes que la gente ya adora y saber que con lo que queríamos hacer, con este segundo libro, podía generar cualquier tipo de reacción.
Creo que eso siempre pasa, además, con las segundas partes, los segundos libros y con este creo que nos tocó quitarnos un poco eso, porque trabajar así creativamente es muy difícil y al final fue como más allá de lo que creamos que vaya a pasar, gustar, generar, si va a llegar o si no, crear lo que nosotras creíamos que era un muy buen contenido, un muy buen libro y una muy buena continuación y hoy puedo decir que creo que lo hicimos.
Pero el proceso fue muy difícil, muy largo y emotivamente muy cargado.
— ¿Qué fue eso que las cargó tanto emotivamente?
— Poché: Lo que nos cargó tanto a nivel personal fue sentir esa presión. Creo que en muchos momentos esa presión era que quería como tomar el volante de las decisiones, y a eso es a lo que voy como que en muchos momentos era como «¡No! Esto no va a gustar» o «¡No! Esto creo que no es por ahí», y creo que ahí fue cuando más pesado fue.
— Calle: Y creo que es muy interesante, porque por la misma presión se nos generaron muchas dudas, que es algo que hay mucho en este libro y por eso el título del libro es “¿Y si no es conmigo?”, y tiene también que ver, porque la presión generó mucho eso en nuestro proceso de escribirlo y de mirar la historia y de que el libro lo escribimos en pandemia y después lo retomamos miles de veces y el último manuscrito, que ya dijimos «este es» fue hace nada. Fue hace un par de meses, que fue como «lo terminamos».
Entonces, la constante duda de «Ya nos gusta», «sí es suficiente», «esto no está al nivel del primero», «esto sí o no», creo que fue parte de lo que lo hizo tan cargado emocionalmente en el proceso de hacerlo.
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