Aysa, la compañía de aguas y saneamiento, confirmó que pagó la primera cuota de capital de su bono internacional emitido en 2018 y reestructurado a fines de 2022.
El pago, de unos 28 millones de dólares, que se hizo el 1 de noviembre en tiempo y forma, según la compañía, generó una serie de reclamos posteriores de algunos tenedores que dijeron no haber recibido los fondos.
“AySA informa que transfirió los fondos en tiempo y forma, el 30 de octubre, cumpliendo los compromisos asumidos en la reestructuración y habiendo recibido la confirmación de recepción de los fondos por parte del agente de pago el mismo día”, destacó la empresa local en un comunicado.
“AySA ha tomado conocimiento de que algunos tenedores de bonos no recibieron los fondos al vencimiento, ante lo cual se solicitó aclaraciones al agente de pago UMB Bank quienes nos informaron que debido a la recepción de información desactualizada por parte de las instituciones de clearing internacionales, el pago a ciertos acreedores se aplicó de manera incorrecta”, agregó la compañía de aguas.
Según la compañía que presiden Malena Galmarini, el agente de pago informa que continúan trabajando con las entidades pertinentes para corregir dicha situación y completar los pagos pendientes, “procurando que esto se regularice a la mayor brevedad”.
Se trataba de la primera cuota de capital del Bono Internacional de Aysa emitido en 2018 y reestructurado a fines de 2022, por USD 309.834.766. El monto del vencimiento corresponde al 5% del total adeudado, junto con los intereses generados en el último semestre.
“UMB Financial Corporation, el administrador del bono, está trabajando para resolver la situación, según correos electrónicos entre el administrador y la compañía vistos por Bloomberg. UMB no respondió a las solicitudes de comentarios”, destacó la agencia de noticias.
Reestructuración
A fines del año pasado, la empresa anunció que logró canjear más del 95% de su deuda en dólares que vencía en 2023. Eran Obligaciones negociables en moneda extranjera de la empresa local de aguas y saneamiento que fueron refinanciadas con plazos máximos de hasta tres años.
Se trató de una deuda total de USD 500 millones de que que se logró una quita de unos 200 millones de dólares.
“Estamos más que satisfechos porque es una valoración a la empresa y un reconocimiento al proceso de estabilización económico de la Argentina”, dijo entonces Galmarini.
“Además, nos llena de satisfacción saber que en diciembre del año que viene vamos a entregar una empresa saneada en lo económico con la finalización de obras históricas que estuvieron paradas muchos años y con enorme crecimiento de usuarios con mejores servicios”, agregó.
Las Obligaciones Negociables en dólares había sido lanzadas en 2017 y estaban en manos, en un 80%, de la banca privada e inversores institucionales, quienes avalaron el canje. La tasa de interés del nuevo bono se estableció en 7,9% nominal anual.
Simultáneamente con la oferta de canje, Aysa pidió el consentimiento de una mayoría simple de acreedores para tener la posibilidad de utilizar el Acuerdo Preventivo Extrajudicial (APE), sin que ello sea un evento de incumplimiento. Para esa operación se necesita superar el 50% de los acreedores y la aceptación estuvo muy por arriba de ese porcentaje.
Esta herramienta permitió extender a todos los acreedores los términos acordados con una mayoría de los mismos y descartó la aparición de “holdouts”.
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