Las plantas de Peugeot y Citroën, Fiat y Toyota ya regresaron a la producción tras el período de vacaciones. El resto tenía programado hacerlo en las próximas dos semanas, pero la industria automotriz argentina todavía sigue sin poder resolver uno de los temas más preocupantes de finales de año pasado: la deuda propia y de sus proveedores acumulada en el exterior, que llegó a superar los 6.000 millones de dólares.
Mientras no se resuelva, existe un serio riesgo de afectar la producción. Las primeras dos fábricas en padecerlo son la planta de General Motors en Rosario, que produce el SUV Chevrolet Tracker, y la de Volkswagen en General Pacheco, donde se fabrican Amarok y Taos. Ambas plantas han postergado al menos por dos semanas el reinicio de la actividad de sus líneas de montaje.
El BOPREAL, la herramienta creada por el gobierno para cancelar esos pasivos que se arrastran desde 2023, está todavía en su primera fase, la del bono largo con vencimiento en 2027, mientras se continúa elaborando el padrón de pequeñas y medianas empresas con el detalle de la deuda acumulada por cada una a fin de poder establecer las prioridades y el modo en que se emitirán los bonos a mediano y corto plazo que deberían licitarse después del 24 de enero.
“Lo más crítico para la industria son los proveedores de nuestros proveedores, porque si esas deudas no se arreglan de algún modo, podrían parar toda la producción como ocurrió durante el año pasado. Después vienen nuestros proveedores de partes del exterior, que aunque nos tienen más contemplación porque somos fábricas de automóviles, tienen también un límite y tenemos que resolverlo. Y recién después viene nuestra deuda con la casa matriz, donde también hay un límite, pero podrían aceptar que entremos al BOPREAL como un resguardo, pero difícilmente tomen el bono ellos, así que hay que definir si entramos y con cuánto entramos”, confesó este miércoles un alto directivo de una terminal.
El 8 de enero retomaron las plantas que producen para Stellantis en las provincias de Córdoba y Buenos Aires, el lunes 15 retomó la actividad normal la planta de Toyota en Zárate. El lunes 22 de enero regresarán en Ford, Renault y Nissan, mientras que el 29 era la fecha de retorno a la producción de Volkswagen, GM y Mercedes-Benz. Una primera postergación hasta los primeros días de febrero fue el primer movimiento de Volkswagen. Ahora ese plazo se extenderá por dos semanas como mínimo, aunque podría llegar a perdurar todo febrero y regresar recién en marzo. En una situación similar está la fábrica de Chevrolet, que se mantendrá inactiva al menos dos semanas más por falta de insumos de proveedores externos. En una situación similar estarían otras dos terminales.
“A nosotros nos preocupa que mientras se hace el padrón de deudas de los pequeños y medianos productores, tenemos que empezar la fabricación nuevamente. Al día de hoy, estamos evaluando si nos conviene extender una o dos semanas más el período de vacaciones para ver qué sucede con los bonos de mediano y corto plazo que todavía no están disponibles”, confirmó un vocero a Infobae.
Toyota es la única fábrica automotriz que entró al BOPREAL hasta el momento, el resto siguen evaluando hacerlo o no, aunque la mayoría coincide extraoficialmente que probablemente destinen parte de sus deudas al bono del gobierno.
“Después de largas reuniones con casa matriz en Japón, se llegó a la decisión de entrar al BOPREAL con una parte de los pasivos porque entendemos que es la única herramienta que tenemos disponible para resolver el problema que tanto nos preocupa. También es una señal para nuestros proveedores, entendiendo que si nosotros lo tomamos, quienes trabajan con nosotros estarían en una condición similar”, dijeron desde Zárate, aunque reconocen que “sigue siendo una preocupación que nuestros proveedores no lo vayan a tomar. Hay que ver qué pasa cuando lancen la serie 2 y la serie 3 a mediano y corto plazo. Nosotros dimos nuestra señal”.
Esos proveedores se dividen entre empresas argentinas que fabrican importando insumos o componentes para su producción local y empresas extranjeras que le venden directamente a las automotrices desde el exterior. La primeras son las que mayores problemas enfrentan por tener menos “espalda” para sostener endeudamiento en dólares, pero a la vez son las que tienen montos menores en comparación con las compañías del exterior.
“Estamos evaluando el BOPREAL como una herramienta propia pero también para esas pequeñas empresas con las que trabajamos. Si ellos no pueden suscribirlo por cuestiones internas de cada uno, podríamos ofrecerles que ingresen y nosotros les compramos esos bonos a ellos, así se destrabaría el cuello de botella actual y podríamos retomar la producción sin que se corte la cadena de suministros por el eslabón más débil”, evaluaron desde una marca.
Salvo el caso mencionado de Toyota, el resto de los fabricantes coincide en señalar que están en evaluación del bono todavía. “BOPREAL aún en análisis ya que hay muchos actores involucrados con quienes validar tanto en región como casa matriz”, dijeron en general ante la consulta.
“Creemos que terminará siendo un mix entre poner parte de la deuda en el bono y el resto en otras herramientas internas. Podría haber un préstamo interno de casa matriz en el exterior para usar exclusivamente con nuestros proveedores de afuera, por ejemplo. La semana que viene debería resolverse qué hacemos. Por ahora seguimos estudiando el BOPREAL”, aseguraron desde otra automotriz local.
La buena noticia es que los pagos del flujo actual de importaciones para insumos comenzaron a funcionar como estaba previsto, con un pago del 25% el pasado 13 de enero para quienes habían entrado el 13 de diciembre. El esquema escalonado establece que los pagos son en 30, 60, 90 y 120 días. Las importaciones para productos terminados sigue siendo a 180 días al dólar oficial más el impuesto PAIS. Los importadores de autos tampoco entraron al BOPREAL, la mayoría de ellos dice que están esperando una nueva herramienta para poder pagar las importaciones viejas acumuladas.
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