Antes de la apertura del mercado, en el que ya se anticipaba una dura reacción al fracaso en el tratamiento de la Ley Ómnibus, el ministro de Economía, Luis Caputo, intentó desplegar una estrategia de control de daños que el fluir de la jornada demostró fútil. Por enésima vez desde que asumió, el funcionario buscó reforzar el mensaje de ajuste fiscal tanto desde sus redes sociales como en una aparición televisiva a primera hora de la mañana, en la que además sumó un dato: el resultado de las cuentas públicas de enero arrojan equilibrio fiscal, tanto primario como financiero.
Sin embargo, a pesar de sus dichos, en los que repitió que el ajuste fiscal prácticamente no contemplaba el apoyo a la Ley de Bases, los activos financieros reaccionaron con contundentes bajas. A diferencia de lo que ocurrió cuando se retiró el capítulo fiscal para avanzar en el debate del proyecto, cuando tras apenas unas horas de tensión, los inversores prácticamente no reaccionaron a esa modificación, durante la rueda de hoy las acciones y bonos soberanos acusaron un fuerte impacto.
Los papeles de las empresas acusaron caídas que llegaron a superar en algunos casos 10% con un retroceso para el Merval en dólares de 6,4% (5,3% en pesos) mientras que los bonos en dólares operaron con bajas promedio de 4% durante toda la jornada. En ese contexto, el riesgo país superó los 1.900 puntos. “Tras la caída del proyecto de Ley, al no ser el escenario más probable descontado por el consenso del mercado, la primera reacción de los activos argentinos fue negativa”, resumió Maximiliano Donzelli, de InvertirOnline, quien destacó que la de los bancos fueron las acciones que más sufrieron tras la buena performance que venían registrando.
Con una dinámica diferente, las cotizaciones del dólar apenas reflejaron una mayor tensión, con leves subas que de todos modos no alcanzaron para que el billete en el segmento financiera superara la barrera de los $1.300. Pero las dudas quedaron instaladas. ”El mercado parecía estar alineado con una interpretación de que era mejor que saliera una parte de las reformas planteadas, a que no saliera nada. Y que, en todo caso, era un trabajo secuencial. Eso quedó descartado ahora por parte del propio Gobierno que venía sosteniendo esa lectura”, opinaron por caso en la consultora financiera Outlier.
A partir de ahora, el equipo económico deberá redoblar esfuerzos para mostrar resultados. En esa línea hizo sus declaraciones Caputo, quien a su repertorio ya casi habitual sobre el ajuste fiscal sumó un dato clave para el mercado: en enero se alcanzó el equilibrio financiero de las cuentas públicas.
“Enero, que es un mes financieramente más sensible por el pago de los intereses de la deuda, ya estamos en equilibrio financiero. Sin ley. No somos improvisados, por eso es que yo retiré el paquete fiscal de la Ley”, afirmó. “La no aprobación ayer de la ley no afecta en lo más mínimo nuestro programa económico ni nuestro compromiso de estabilizar las cuentas fiscales”, dijo también.
En ese sentido, aseguró que en el armado del paquete de medidas para avanzar en el ajuste fiscal, el grueso del plan pasaba por fuera de la discusión legislativa. “El 75% de lo que habíamos planificado no estaba incluido en el proyecto. No somos políticos pero tampoco somos tontos”, admitió.
Una vez más, Caputo repitió que el ajuste fiscal no está en peligro, “Ya hemos reemplazado parte de lo que habíamos puesto originalmente en la ley. No te olvides que ya se actualizó el Impuesto a los Combustibles, que reemplaza la parte de las retenciones. Hay un 0,2% menos de déficit sólo por eso”, precisó y acotó que el desvío por no contar con el paquete fiscal de ley menos a 1% del PBI. “Es entre 0,7% y 0,8% del PBI”, detalló.
Sin embargo, si bien igual que para el equipo económico, el frente fiscal es también para el mercado la máxima prioridad, ahora reina entre los inversores la incertidumbre respecto de la capacidad del Gobierno de Javier Milei de avanzar en su agenda de reformas estructurales.
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