Consumir menos nafta es hoy una de las preocupaciones de los automovilistas argentinos. Más allá del detalle de cada acción que se puede tomar para gastar menos dinero, hay algunos conceptos básicos para tener en cuenta. El más importante es ser conscientes que en ciudad un auto gasta mucho más combustible que en ruta a la velocidad máxima permitida. Esto se debe a que en el tránsito urbano, se acelera y se hacen muchos cambios de marcha, cosa que en la ruta no ocurre ya que se suele conducir a velocidad constante o con variaciones menores que no generan mayores aceleraciones.
En la ciudad, cada vez que se sale de una esquina en primera marcha, el motor sube hasta las 2.000 RPM o más, según el estilo de conducción de los automovilistas. Las cajas automáticas han contribuido notablemente a optimizar esa costumbre, y los motores turbo más aún, ya que un turbo ofrece más torque, lo que se conoce como “pique”, y permiten hacer el cambio antes y ahorrar combustible. A raíz de esto, es fundamental entender que cuanto más suave sea la conducción, más eficiencia tendrá gastando menos combustible.
El otro concepto está dado por el funcionamiento de un motor de combustión. Hay tres puntos que influyen en el funcionamiento de un motor: el combustible en sí mismo, el oxígeno, que está contenido en el aire y entra por el circuito de admisión, y finalmente el calor, o la fuente de ignición de la combustión. Si alguna de esas tres cosas no está en la proporción correcta, es decir 14,7 partes de aire por 1 parte de combustible, el resultado será un mayor consumo.
Acelerar menos
A pesar de parecer un consejo impracticable, esta es una confusión generalizada en muchos automovilistas. La mayoría de los autos, con sólo un centímetro de presión del pie derecho sobre el pedal del acelerador, consumirán mucho menos combustible que si se acelera de acuerdo al instinto en busca de la reacción del motor. El caudal de gasolina que necesita el motor para funcionar es directamente proporcional al tiempo que el conductor desee que transcurra hasta alcanzar la velocidad para circular. En una ciudad, acelerar mucho sólo hará que se vaya más rápido de una esquina a otra y se pasen más cambios, y por supuesto, se gaste más nafta. Acelerar poco permitirá que se hagan sólo dos cambios hasta la siguiente esquina, donde aunque no hubiera tránsito, hay que reducir la velocidad necesariamente. La primera es muy corta y sólo se debe usar para mover el auto desde cero. Apenas está rodando, hay que colocar segunda marcha con poco acelerador. El modo de conducir es el principal motivo de un gasto excesivo de combustible.
Cargar nafta Súper en lugar de Especial
No todos los autos pueden reemplazar el combustible conocido como Premium por el Súper, pero sí la mayoría de los autos. La diferencia de precio entre una y otra gasolina permitirá un fuerte ahorro, pero hay que saber si es posible hacerlo en todos los vehículos.
Solo hay que mirar en el manual de usuario de cada modelo, aunque en general, salvo los autos de alta gama, la mayoría sugieren una calidad mínima de 94 o 95 octanos, con lo cual la nafta Súper sería aceptada perfectamente. Es cierto que el combustible de 98 octanos genera un menor consumo en los motores, pero la diferencia entre ese ahorro y el del precio de uno y otro beneficia el uso de nafta Súper. El tema es mucho más complejo, y merece una nota aparte, pero la conclusión general es que ese es un buen método para ahorrar dinero en el uso del automóvi.
Inflado de neumáticos
Aunque sea una obviedad, los cuatro puntos de apoyo de un auto con el piso son las ruedas. Y cuánto más libremente giren menos esfuerzo requieren del motor, por lo tanto menos combustible consumirá este para mover el vehículo. Todos los autos tienen una presión de inflado recomendada por el fabricante de acuerdo al peso y rodado que utilizan.
Tener los neumáticos con menos aire del recomendado, hará que el auto se desplace con mayor dificultad, comparable con viajar en una ruta con viento de frente. Esa dificultad se traduce en mayor esfuerzo del motor y por lo tanto en mayor consumo. Hay un límite de inflado también, ya que si se sobrepasa la presión sugerida, el neumático queda muy duro, y cada imperfección del camino se traslada a los elementos de suspensión, generando daños mucho más costosos de reparar que el dinero que se ahorró en consumo de gasolina. Además, un auto con los neumáticos demasiado inflados, reduce la superficie de contacto con el piso, ocasionando que frene menos y doble peor.
Alineación de las ruedas
Este también es un aspecto poco considerado pero muy influyente en la marcha de un automóvil. Bajo la misma premisa de permitir que el auto ruede lo más libre de fricciones que sea posible en el punto anterior referido a la presión de inflado, también las ruedas de un auto pueden tener otra forma de frenar al vehículo y esa es la alineación de las ruedas.
Si los cuatro puntos de apoyo del auto no está derechos en la misma dirección de avance del mismo, lo que sucederá es que se “arrastrarán” por la calle o ruta. La alineación no tiene sólo que ver con que las ruedas estén perpendiculares al piso sino también a la línea longitudinal del auto. Si están abiertas o cerradas, requerirán mayor esfuerzo del motor para avanzar, y además de consumir más combustible, se desgastarán prematuramente, con lo cual, una verificación de alineación en un centro del neumático puede ahorrar mucho dinero entre ambos costos.
Uso del aire acondicionado
El aumento de combustible llega con la época de mayor temperatura ambiente en Argentina, el verano. El uso del aire acondicionado es una de las formas de hacer más soportable el calor, pero aumenta el consumo de combustible. Para reducir ese consumo adicional, se pueden tomar distintas medidas. La primera es evitar estacionar el vehículo al sol, porque la temperatura interior subirá mucho y va a ser necesario usar el aire acondicionado para enfriarlo.
Si eso fue inevitable, intentar enfriar el habitáculo antes de subir ayudará a soportar mejor el calor. Para eso, abrir una ventana lateral derecha y la puerta del conductor por unos minutos antes de entrar, será un paliativo para ventilar el habitáculo. Después, durante la marcha, se puede usar el recirculador por algunos minutos para enfriar más rápido, pero luego hay que desactivarlo porque pueden congelar el sistema. Orientar las salidas de aire al techo no dará sensación de alivio al cuerpo de los ocupantes, pero enviará aire al lugar del que proviene el calor.
Filtros limpio
Que un filtro de aire afecte el consumo parece poco creíble pero es verdad. El filtro de aire del motor es a través del cual pasa el aire exterior que será necesario para mezclar con el combustible y generar la combustión. Un filtro tapado hará más rica la mezcla, es decir compuesta por más nafta que aire y por lo tanto generará un innecesario consumo de gasolina. A su vez, el filtro de polén o filtro de aire del habitáculo también afectará cuando se usa el aire acondicionado, porque si está tapado obliga a los ocupantes a usar más potencia del forzador o ventilador, lo que finalmente también terminará generando más consumo de combustible.
Estado de las bujías
Este es un tema al que pocas personas le prestan atención. Las bujías de un auto son las que generan la chispa para que la mezcla de aire y combustible hagan combustión. Cuando las bujías están muy gastadas, lo que hacen es emitir una chispa muy pobre o incluso nula en algún caso, lo que genera que la cámara de combustión se llene pero no se consuma en el momento exacto para que el motor tenga el rendimiento más eficiente. Así, como la combustión será mala, el motor requerirá más esfuerzo para mover el auto, gastando más nafta.
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