Un análisis privado confirmó las dificultades que enfrentan los jóvenes trabajadores de entre 18 y 24 años para alquilar una vivienda en la Ciudad de Buenos Aires. Según este primer informe, los jóvenes con empleo formal destinan el 69,6% de su salario para alquilar en solitario un monoambiente, porcentaje que supera ampliamente el umbral internacional de accesibilidad del 30% (relación entre ingreso y alquiler).
El trabajo confirmó también que reservar un monoambiente se incrementó en 11,9 puntos porcentuales respecto al 58% requerido en el primer trimestre de 2023. Para realizar un nuevo contrato se requieren más de $1.000.000 tanto en CABA como en provincia bonaerense.
La situación no es mucho mejor para aquellos que conviven; el alquiler de un departamento de dos ambientes implica el 48% de la suma de dos salarios jóvenes, acumulando una subida de 9,9 puntos desde el 38,1% registrado un año antes.
Estos datos fueron relevados a través del Índice de Emancipación (IDE) que comenzó a realizar recientemente el Instituto de Desafíos Urbanos Futuros (IDUF).
Max Beraud, junto con Gabriela Tavella, investigadores del IDUF y coordinadores del IDE, dijeron a Infobae que, si todo transcurriera por los carriles normales, se considera que el 70% del salario sería suficiente para cubrir los demás gastos que tiene una persona para el desarrollo de su vida diaria. Si a esta relación de alquiler-salario se le agregan otros gastos relacionados con la vivienda, como las expensas y costos de servicios, el resultado del Índice de Emancipación sería aún menos favorable”.
Las expensas son un punto negativo porque últimamente subieron más que los alquileres y, en varios casos, representan hasta el 50% del costo de lo que se paga por la locación de la vivienda.
La suma de $914.941 fue el salario que habría necesitado un joven para alcanzar una relación aceptable (30%) respecto al valor de un alquiler
El aumento del peso del alquiler sobre el salario, observado en el primer trimestre de 2024 en comparación con el mismo periodo del año anterior, refleja la trayectoria del índice durante 2023. En esos meses, hubo un fuerte crecimiento del peso del alquiler respecto al salario.
“Aunque en 2024 la relación alquiler-salario mejoró, no logró revertir el proceso de deterioro previo. Por ejemplo, en el primer trimestre de 2023, quienes buscaban alquilar un dos ambientes contaban con un salario restante disponible del 62 por ciento. En el primer trimestre de 2024, esa cifra disminuyó al 52%”, comentó Tavella.
En valores
Durante el primer trimestre del año, el costo promedio de alquiler en CABA ascendió a $274.482 para un monoambiente y $378.519 para un departamento de dos ambientes. Estos valores ilustran una robusta tendencia al alza, que erosiona el poder adquisitivo de los jóvenes trabajadores.
El informe también expone una serie histórica que se remonta a 2018, cuyo objetivo es medir las posibilidades de los jóvenes con empleo formal para acceder y mantener una vivienda en alquiler en la ciudad.
Los resultados señalan que los aumentos de alquiler superan ampliamente los salarios de los jóvenes, limitando severamente su capacidad de ahorro y su calidad de vida.
Este incremento en el porcentaje del salario destinado al alquiler empuja a varios a buscar alternativas habitacionales fuera de la ciudad o a compartir vivienda para reducir costos.
Por comunas
El trabajo también exploró, en términos generales, las diferencias entre las comunas porteñas respecto a las expectativas de rentabilidad de los alquileres.
“Algunas comunas han visto incrementadas estas expectativas debido al boom de los alquileres turísticos temporarios. Algunas recibieron inversiones inmobiliarias que buscan incrementar la rentabilidad retirando propiedades del mercado a la espera de mejores condiciones”, dijo Beraud.
En el tercer trimestre de 2023, el momento de peor relación entre salarios y alquileres del periodo analizado, las comunas 13 (Belgrano, Núñez y Colegiales), 14 (Palermo) y 2 (Recoleta) fueron las que menos posibilidades de emancipación ofrecieron para jóvenes que buscan alquilar un dos ambientes.
En contraste, la comuna 7 (Flores y Parque Chacabuco), comuna 3 (Balvanera y San Cristóbal) y comuna 10 (Villa Real, Monte Castro, Versalles, Floresta, Vélez Sarsfield y Villa Luro) ofrecieron mejores oportunidades.
Considerando la situación de un salario para el alquiler de un monoambiente, las tendencias se mantienen aunque con una relación más comprometida. Esto no implica que no haya jóvenes emancipados en estas comunas.
Tavella agregó: “Con los salarios promedio no alcanza para pagar los alquileres y se requieren otras estrategias, como mudarse en convivencia o recibir ayuda económica del hogar de origen”.
Propuestas para mejorar el acceso a la vivienda
La experiencia de la Ley de Alquileres fue mala. “Sin embargo, eso no significa que el libre mercado produzca equilibrios óptimos y que no sea necesario intervenir. En las ciudades más desarrolladas del mundo, se implementan fuertes y constantes estrategias de intervención estatal para mejorar la asequibilidad”, precisó Manuel Socías, director del IDUF.
Existen herramientas que en Argentina aún no se probaron informan los analistas y que mostraron eficacia en otros países del mundo. Un ejemplo es la creación de un banco de viviendas públicas en alquiler (como Dinamarca y Países Bajos, entre otros), con valores regulados, creando un mercado protegido para sectores específicos, como los jóvenes. Esto representaría una intervención beneficiosa, sin generar un nuevo estrés en el mercado privado de alquileres.
Sobre la oferta privada, hasta que el banco público de viviendas tenga suficiente volumen para incidir en los precios del mercado de alquileres, se necesitan mecanismos concretos que permitan acompañar provisoriamente la demanda de los jóvenes.
“Algunas alternativas podrían ser seguros de caución gratuitos vía bancos públicos, créditos a tasa subsidiada para gastos iniciales y pago de servicios, entre otros”, concluyó Socías.
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