El Estado de México fue históricamente un bastión del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el cual mantuvo el control del gobierno estatal desde su creación. A lo largo de las décadas, el PRI consolidó su poder en la región a través de una red de alianzas políticas, sociales y económicas que le permitieron mantenerse en el poder por más de 90 años.
Esta hegemonía se caracterizó por la implementación de políticas públicas y programas sociales que, si bien han buscado el desarrollo del estado, también fueron criticadas por supuestas prácticas de clientelismo y corrupción.
Sin embargo, en los últimos años, el panorama político comenzó a cambiar, ante la creciente presencia de otros partidos políticos, hasta que fue finalmente Morena quien puso en jaque la hegemonía del PRI, llevando a Delfina Gómez a asumir la gubernatura en 2023.
El triunfo de Morena en el Estado de México marcó un hito en la historia política del país, al desplazar al PRI, que había gobernado la entidad durante casi un siglo. Este cambio no fue producto del azar, sino parte de las estrategias cuidadosamente orquestadas durante el tercer año de dirigencia de Mario Delgado en Morena, mismas que llevaron al partido a ganar la confianza de los mexiquenses, consolidando así su presencia en uno de los estados más poblados y políticamente significativos de México.
Estrategias que definieron la victoria
Una de las claves del éxito de Morena en el Estado de México fue su capacidad para construir una narrativa que resonara con las necesidades y aspiraciones de la ciudadanía. Durante la campaña, el partido se enfocó en resaltar la necesidad de un cambio profundo, apelando a los sentimientos de hartazgo y deseos de transformación que predominaban en el electorado.
Las estrategias de Morena no se limitaron a la propaganda, el partido estaba enfocado en fortalecer su estructura interna, algo que Mario Delgado impulsó desde el primer momento al vislumbrar que era la clave para el avance de esta fuerza política. Se realizaron múltiples asambleas, se impulsó la participación de actores locales y encuentros con sectores clave de la sociedad civil, lo que permitió un contacto directo y cercano con los votantes. Estos espacios no solo sirvieron para difundir la plataforma política de Morena, sino también para escuchar y responder a las inquietudes de la población, lo que incrementó la confianza en el partido.
La victoria de Morena en la gubernatura del Estado de México en 2023 es sumamente relevante por varias razones, tanto a nivel político como simbólico y se vio reflejado de distintas formas:
- El Estado de México es la entidad federativa más poblada del país, con un electorado de más de 12 millones de votantes, lo que le otorga un peso significativo en cualquier elección.
- Este triunfo también es simbólico porque el Estado de México ha sido visto tradicionalmente como un laboratorio político a nivel nacional, y lo que ocurre en esta entidad puede ser un indicador de las tendencias que se manifestarán en las elecciones federales.
- La victoria de Morena se interpretó como un preludio a un posible fortalecimiento del partido a nivel nacional de cara a las elecciones presidenciales de 2024.
Además, este cambio de poder subraya la creciente consolidación de Morena como la fuerza política dominante en el país, desplazando al PRI y al Partido Acción Nacional (PAN) en varias regiones clave.
La derrota del PRI en el Estado de México, una entidad que fue cuna de figuras políticas tan influyentes como Enrique Peña Nieto, es un golpe duro para el partido y confirmó la erosión de su poder en un estado que alguna vez fue su principal baluarte.
Finalmente, esta victoria también tiene implicaciones para la gobernabilidad en el Estado de México. Con Morena al frente, es probable que se implementen políticas alineadas con la agenda del gobierno federal, lo que podría tener un impacto significativo en áreas como la seguridad, la infraestructura y los programas sociales en la entidad.
La construcción de un padrón robusto
Otro de los logros más significativos de Morena en el Estado de México fue la consolidación de un padrón actualizado con más de 2.3 millones de afiliados, el cual fue validado por el Instituto Nacional Electoral (INE). Este proceso de afiliación masiva no solo sirvió para formalizar el apoyo al partido, sino también para fortalecer su estructura organizativa de cara a las elecciones.
La creación de este padrón fue resultado de un esfuerzo coordinado a nivel estatal y municipal, donde se realizaron campañas de afiliación puerta a puerta, así como en eventos públicos y privados. Morena también facilitó la afiliación a través de plataformas digitales, lo que permitió a los simpatizantes registrarse de manera rápida y sencilla desde cualquier parte del estado.
El padrón de Morena no solo refleja la fuerza del partido en términos numéricos, sino también su capacidad de movilización. Este respaldo masivo no solo aseguró un número significativo de votos, sino que también permite al partido contar con una red de militantes activamente involucrados en la difusión de su ideología y en la promoción de sus candidatos.
El papel de la militancia en el triunfo
La militancia de Morena desempeñó un rol fundamental en la victoria del partido en el Estado de México. A través de su participación activa en las actividades de campaña, los militantes no solo difundieron el mensaje del partido, sino que también contribuyeron a fortalecer el tejido social en sus comunidades.
Morena incentivó la participación de sus militantes mediante programas de formación política, que les brindaron herramientas para debatir, convencer y movilizar a más votantes. Estas capacitaciones incluyeron desde talleres de comunicación política hasta sesiones de análisis de coyuntura, lo que permitió a los militantes estar bien preparados para enfrentar los retos de la campaña.
Además, la militancia de Morena jugó un papel crucial en la vigilancia del proceso electoral. A través de una extensa red de observadores y representantes de casilla, el partido pudo asegurar la transparencia y legalidad de la elección, evitando así posibles irregularidades y fortaleciendo la confianza en el proceso democrático.
Morena marcó el futuro en Edomex
El triunfo de Morena en el Estado de México no solo marca el fin de una era dominada por el PRI, sino que también abrió un nuevo capítulo en la política mexicana. Con una base de militantes sólida y en constante crecimiento, el partido está bien posicionado para seguir expandiendo su influencia a nivel nacional.
La consolidación de Morena como la principal fuerza política en el Estado de México demuestra que el partido ha sabido interpretar y canalizar las demandas de cambio de la ciudadanía. Este éxito, sin embargo, también representa un desafío: mantener la unidad interna, continuar fortaleciendo su estructura organizativa y, sobre todo, cumplir con las expectativas de aquellos que han depositado su confianza en el proyecto de transformación que promueve.
A medida que Morena avanza hacia futuros desafíos electorales, su capacidad para adaptarse a nuevas circunstancias y para seguir conectando con el pueblo será crucial para asegurar su permanencia como la principal fuerza política de México. La victoria en el Estado de México es solo el comienzo de un proceso que, con el apoyo de su militancia, promete llevar al país hacia una nueva etapa de desarrollo y justicia social.
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