Esta semana, las redes sociales colapsaron con la muerte de Waffle, la patita que se ganaba la vida vendiendo agua embotellada en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
De acuerdo con los dueños del palmípedo, al parecer fue asesinada al ingerir comida envenenada que una persona le dio en la calle, misma que hasta el momento no ha podido ser identificada.
Karla Gómez, dueña de la pata, dijo que toda su familia está desconsolada con la muerte de Waffle, en especial su pequeño hijo Cristian David, que llora sin parar por su mascota.
“Destrozadísimo, muy destrozado, duró casi dos semanas en depresión, no quería hacer nada, quería estar dormido. No quería salir porque obviamente la gente, como ya nos conocía y todo, pues preguntaban por Waffle y para él era y sigue siendo un golpe muy fuerte”, comentó en entrevista.
¿Quién era Waffle?
Cada mañana, en la zona de la explanada del Registro Civil de Arcos de Belén, una escena inusual, pero encantadora se desarrolla. Karla Ivette, junto a su familia, se preparaba para una jornada de trabajo muy especial, y la protagonista es su fiel compañera, Waffle, una patita de aproximadamente año y medio de edad que se ha convertido en una celebridad local.
La patita se vestía con un vestidito y zapatos adecuados para la ocasión, y luego se une a sus humanos mientras realizan su labor.
La historia de Waffle tiene un toque de fama en las redes sociales, ya que desciende de otra patita que se convirtió en una celebridad en internet: Bruna, la patita con tenis que viajaba en el Metro.
Cabe recordar que en el año 2020, usuarios de redes sociales capturaron a Bruna acompañando a un niño, hijo de Karla Ivette, en sus trayectos en el Metro. Aunque Bruna falleció, su legado continuó con su hija, que fue adoptada por la familia.
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