El número es una anécdota pero marca el ritmo del inicio de una época: la del ingreso de los dólares que podrían ayudar al Gobierno a levantar el cepo cambiario. En los últimos tres días, ingresaron al puerto de Rosario unos 12.185 camiones cargados de granos para exportar. Es el arranque de la cosecha gruesa y, aunque no indica que esos dólares ingresen inmediatamente al mercado, señala la puesta en marcha de la maquinaria del campo en su temporada más relevante.
Se sabe ya, la campaña actual no va a marcar ningún récord, como se esperaba hace ya varios meses. Sin embargo, sí logrará entrar entre las mejores de los últimos años, lo que será suficiente para alcanzar un superávit comercial, este año, de unos USD 24.000 millones. La cifra, que duplica la del año pasado, marcada por la sequía, también estará ayudada por un nivel bajo de importaciones en el contexto de la recesión económica y el crecimiento en el aporte de otros sectores, como el de la energía.
Pero ahora la atención, además de en el volumen final de la cosecha y en los precios internacionales, está puesta en los tiempos. Las recientes tormentas produjeron dificultades para avanzar en el normal levantamiento de los cultivos y el proceso viene lento.
Por caso, según la estadística de la Bolsa de Comercio de Rosario, en el caso del maíz se levantó 5,7% de las 54 millones de toneladas previstas, lo que significa un nivel de avance 18% menor del ciclo previo. Particularmente en este cultivo, se teme también la pérdida de entre 6 y 7 millones de toneladas, según apuntó el operador Salvador Vitelli, por el brote de corn stunt, una enfermedad que produce el “achaparramiento” del maíz. También la cosecha de girasol, si bien mucho más avanzada ya, viene más lenta que el año pasado con un ritmo 2,7% menor mientras que el sorgo sí avanza aceleradamente.
De la soja, en tanto, todavía no hay métricas. Recientemente, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires bajó la proyección de maíz pero mantuvo la de soja la mantuvo en 52.5 millones de toneladas. De acuerdo a los cálculos de Econviews, ambos cultivos podrían aportar algo más de USD 32.000 millones este año. Pero, si bien los volúmenes ayudan aun sin ser récord, los precios son los que juegan en contra.
Con respecto a marzo del año pasado, el precio de la soja cayó un 21% y el maíz un 33 por ciento. Este factor implica una pérdida de casi USD 9.000 millones. “Contemplando el resto de los sectores, estimamos que las exportaciones van a superar los USD 81.000 millones. Como resultado, el saldo comercial da un superávit de USD 24.000 millones, prácticamente el doble al del año pasado”, destacó Econviews.
El dólar “blend” perdió atractivo ante la estabilidad cambiaria y un avance de la inflación que, aunque menor a lo previsto, acumula una variación en torno al 80% desde diciembre
Más allá de esas estimaciones macroeconómicas, subsisten algunas dudas respecto de la predisposición de los productores a avanzar decididamente en la liquidación de sus granos o si, ante la expectativa de una unificación cambiaria entrado el segundo semestre, optarán por retener la mayor cantidad posible de su producción ante la eventualidad de un salto cambiario.
Es que el tipo de cambio oficial, aun considerando el dólar blend, es decir, la posibilidad de ingresar 20% a través del dólar contado con liquidación (CCL), perdió atractivo ante la estabilidad cambiaria y un avance de la inflación que, aunque menor a lo previsto, acumula una variación en torno al 80% desde diciembre.
Con todo, si bien el incentivo puede resultar escaso, lo cierto es que la necesidad puede ser mucha y apuntalar los ingresos de divisas para el Banco Central. Después de un año de sequía, la necesidad de fondos de los productores se hará sentir y, si bien los exportadores reclaman por un tipo de cambio más ventajoso, lo cierto es que desde las diferentes entidades rurales anticipan que “los dólares van a entrar”.
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