Aunque en la ciudad de Buenos Aires se han hecho importantes obras de pasos subterráneos o puentes que permitan evitar los cruces ferroviarios en la mayor cantidad de puntos posibles, reemplazar 1.600 pasos a nivel llevará mucho tiempo todavía. Así es que atravesar las vías del tren, seguirá siendo un punto sobre el que hay que poner especial atención para automovilistas, aunque también para peatones, ciclistas y motociclistas que se trasladan en la gran capital de Argentina.
Aunque parezca sencillo, atravesar las vías del ferrocarril es considerado uno de los momentos de mayor tensión al volante, probablemente por el peligro que conlleva la peor consecuencia de hacerlo sin percatarse de la aproximación de una formación, ya que en general, cuando un automóvil es arrollado por un tren, el desenlace es el peor para los pasajeros del vehículo de menor porte.
Sin embargo hay razones para que ese temor esté anclado a un argumento y no sea simplemente un tema psicológico de las personas. El piso de las vías no siempre está en buen estado, obligando a automovilistas a cruzar a muy baja velocidad, pero además, las barreras automáticas suelen tener un funcionamiento errático en buena parte de los cruces, de modo tal que, aún con la barrera levantada y permiso para pasar, los segundos que transcurren sobre las vías, suelen estar cargados de cierta adrenalina.
El artículo 41 de la Ley Nacional de Tránsito es el que habla de prioridades, y entre ellas, están contempladas las de pasar sobre las vías del ferrocarril, y cómo hacerlo adecuadamente. En los cruces sin barreras, como son los que se encuentran en las rutas la prioridad de paso la tiene siempre el tren, por esa razón, cada vez que una ruta pasa sobre una vía del tren, es señalizada con la conocida Cruz de San Andrés, además de las señalizaciones luminosas y auditivas. Lo que dice la Ley Nacional de tránsito, es que ante un cruce sin barreras, el automóvil debe aminorar la velocidad hasta los 30 km/h de modo de tener tiempo de verificar si efectivamente no viene una formación, y en tal caso, frenar para dejar paso.
En cambio, en los cruces con barrera, empiezan a correr las excepciones, y es interesante conocerlas, porque muchos conductores ignoran qué hay que hacer ante una intersección en la que se entra o se sale de una calle que atraviesa un cruce de ferrocarril.
“Cuando un vehículo sale de un paso a nivel, tiene prioridad ante un cruce de calles posterior, aún sobre por quienes vienen por la derecha. Esto es algo que se ignora en muchos casos, pero también que no se respeta, sin tener en cuenta que lo que se está poniendo en juego, eventualmente, es la vida de otra persona que puede estar cruzando la vía algunos metros más atrás”, dice Fabián Pons, experto en Seguridad Vial, ante la consulta de Infobae.
Por esta razón es muy frecuente encontrar un giro libre a la derecha en la esquina siguiente a un cruce ferroviario a nivel de la calle. Los conductores deben saber que si acaban de pasar una vía, deben prestar atención a las señales de tránsito, porque probablemente no tengan que detenerse en el semáforo siguiente siempre y cuando sea para doblar para tomar la calle que atraviesa de izquierda a derecha.
Hay otra excepción que poca gente conoce, y es que la prioridad siempre la tiene el automóvil que está saliendo de un cruce de trenes para incorporarse al tránsito de una calle que corta, salvo cuando el vehículo que viene por la calle a la que se quiere ingresar, es una ambulancia con luces y sirenas encendidas.
“En Ramos Mejía se da esa situación”, dice Pons. “Como tenemos el hospital Posadas, el San Juan de Dios, el Instituto Haedo y la Trinidad, se da el caso con bastante frecuencia de autos que salen de la barrera pero desde su izquierda viene una ambulancia tocando sirena. En la Ley de Tránsito, en su último párrafo, se especifica que en el caso de darse dos excepciones, como la de un auto que sale de una vía y un vehículo de emergencia que confluyen al mismo tiempo, tiene prioridad de paso quien aparezca en primer orden en este listado. Y ese listado tiene como primera excepción, la denominada con la letra C, a las ambulancias”.
Hay otra actitud preocupante, que aunque está también escrita en la Ley Nacional de tránsito, pocas personas tienen en cuenta, y es la de no iniciar el cruce de una vía aunque la barrera este levantada habilitando el paso, si del otro lado se percibe que hay autos detenidos esperando para cruzar la siguiente calle. Aunque las barreas comienzan a bajarse con avisos sonoros aproximadamente unos 45 segundos antes que aparezca el tren, entrar a un cruce sin tener certeza de poder salir, es una trampa que puede terminar trágicamente.
“Si quedás arriba de la vía es porque cruzaste con la barrera baja o porque empezaste a cruzar con autos tapando la salida del cruce. Y esto es algo común que sucede no solo con las vías, sino con las esquinas. No se puede cruzar si el espacio del otro lado del cruce no está liberado. Lo vemos en las bocacalles, cientos de veces, que un automóvil se manda a cruzar viendo que del otro lado no hay espacio, eligiendo quedarse detenido si cambia la luz, impidiendo el paso de los vehículos que cruzan. La diferencia es que en una vía, es mucho más peligroso porque el tren difícilmente pare. Y esto, aunque la ley diga que con la barrera alta se puede pasar, es también usar el sentido común”, explica Pons.
A propósito de esto último, una reflexión final del experto, que permite mirar con otra óptica el comportamiento de los peatones y ciclistas ante un cruce de vías.
“El oído es el segundo sentido que más se usa para transitar en la vía pública después de la vista. La cantidad de peatones y ciclistas que cruzan las vías con auriculares es asombrosa e incoherente. Pero hay una doble falta de sentido común. Con sólo detenernos a mirar un cruce cualquiera, podremos observar que, además de estar aislados a nivel acústico, la mayoría cruza por el mismo lugar que lo hacen los autos y no por el paso peatonal expresamente pensado para las personas a pie. Ese paso, que tiene una forma tal que te obliga a quedar mirando a ambos costados antes de atravesar las vías, permite que aún sin escuchar, se pueda ver si viene el tren de cualquiera de ambas direcciones”, concluyó.
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