“No hay una sola señal para la industria. Abren la economía, te atrasan el tipo de cambio, los costos en dólares siguen subiendo y la presión tributaria es altísima”, se despachó un importante dirigente de la UIA, ante la consulta de Infobae, horas después de que el ministro de Economía, Luis Caputo, haya hecho pública la decisión de bajar fuerte los aranceles a la importación a casi 90 productos, entre bienes finales, insumos y bienes de capital.
El clima en la entidad que preside Daniel Funes de Rioja ya venía turbio desde que el presidente Javier Milei visitó la sede de Avenida de Mayo, a propósito del Día de la Industria, y le tiró dardos al sector al tiempo que hablaba maravillas del sector agropecuario. Más allá de su presencia, sus fuertes dichos no cayeron bien, lo que volvió a demostrarles a los empresarios industriales que el libertario no se moverá un ápice de sus ideas respecto de cuáles son los sectores que traccionan el crecimiento.
Sin ningún tipo de pudor, el Presidente dijo que “la industria quedó subordinada a la sobreprotección del Estado en formas de crédito, subsidios, exenciones tributarias y barreras arancelarias”; que “prometieron que con el tiempo la industria competiría de igual a igual, pero se volvió cada vez más dependiente del Estado”; que “para proteger a la industria, se le robó al campo, afectando nuestro potencial exportador”; y que “la protección industrial generó un sector adicto al Estado, uno de los orígenes de nuestras crisis económicas”.
Varias cámaras enviaron cartas al secretario de Comercio, Pablo Lavigne, y al subsecretario de Comercio Exterior, Esteban Marzorati, antes de que Caputo hiciera pública la reducción de los aranceles. Pero la decisión está tomada
Y así como está cumpliendo con la estabilización de las variables macroeconómicas, como la baja de la inflación, y la reducción del déficit fiscal, también avanza con la desregulación y la apertura económica que también promovió durante su campaña. Los industriales ya venían advirtiendo, desde hace varios meses, acerca del impacto que las medidas adoptadas por el Gobierno estaban teniendo en la actividad y, sobre todo, lo que sucedería cuando la economía comience a reactivarse. Y esta semana se anunció la rebaja arancelaria, que se suma así a la disminución del impuesto PAIS, la liberación de los permisos para importar, la mayor agilización para pagar al exterior, y un tipo de cambio atrasado, que beneficia a los importadores por sobre los que producen en el país, cuyos costos suben al ritmo de la inflación o más.
Los sectores afectados ya sabían que estaba en estudio esa medida e hicieron lo imposible para frenarla, pero en el Gobierno están convencidos de que son necesarias para ampliar la oferta de productos y así provocar una baja de precios. De hecho, así lo dice el proyecto de decreto de la rebaja arancelaria, al que tuvo acceso Infobae, y que sería publicado probablemente este viernes en el Boletín Oficial.
“Que, por otra parte, resulta oportuno y conveniente con el fin de equilibrar los niveles de incentivos para la producción, así como también la competitividad y mejorar el precio al que acceden los consumidores a ciertos bienes, realizar modificaciones en los tratamientos arancelarios contemplados en los Anexos II (Lista Nacional de Excepciones al Arancel Externo Común), III (Bienes de Capital) y V (Lista de Alícuotas Sujetas al Incremento Arancelario Transitorio) del Decreto N° 557/23″, sostiene la norma en uno de sus considerandos.
Varias cámaras enviaron cartas al secretario de Comercio, Pablo Lavigne, y al subsecretario de Comercio Exterior, Esteban Marzorati, antes de que Caputo hiciera pública la reducción de los aranceles. Pero la decisión está tomada. “A través de un decreto, estamos reduciendo aranceles a múltiples bienes de consumo que tenían aranceles elevados. Entre ellos, se encuentran motos, neumáticos para autos y para motos, pequeños electrodomésticos, café, luminarias LED, etc. Además reducimos aranceles a insumos relevantes para la economía como lo son los plásticos PET (usado en botellas) y ABS (usado en diversos aparatos domésticos) e hilados sintéticos utilizados por toda la industria textil: laicra y poliéster. Por último se reduce el arancel a diversas maquinarias y se implementan las bajas ya anunciadas a moldes y matrices y equipos de riego”, informó el Ministro.
Pero las reacciones empresarias no tardaron en llegar. En la UIA tienen “bronca porque el Gobierno toma estas medidas sin dar nada a cambio, en un contexto de atraso cambiario, sin bajar impuestos y con recesión”. Según sostuvieron en la entidad, “va a reactivar más el consumo que la producción y lo importado le sacará terreno a lo nacional. Hasta la propia industria va a importar”.
Habló al respecto el titular de la entidad, Daniel Funes de Rioja, en el marco del evento “Somos Industria”, que organizó este miércoles la Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires (UIPBA) en Costa Salguero. “En primer lugar, creemos en una Argentina integrada al mundo, pero para ello hay que resolver los problemas internos que la Argentina tiene. Nosotros exportamos impuestos, mientras los otros países no exportan. Y además tenemos derechos de exportación. Y además tenemos otras distorsiones, laborales, de infraestructura y de acceso al financiamiento”, dijo el dirigente.
Además, el abogado laboralista se mostró convencido de que todo eso se va a ir arreglando, pero remarcó que hay que encontrar la sincronía entre una y otra cosa. “La apertura tiene que estar ligada claramente con la posibilidad competitiva de la Nación. Porque si no me dejan competir a mí, ¿por qué me van a abrir mi importación? ¿Hay preocupación desde ese lado? Hay una preocupación de impacto. Hay que analizarlo caso por caso”, detalló.
Desde la Cámara de la Industria de Fibras Manufacturadas y Afines (Cifima) se le planteó, a través de una carta a Marzorati, que en la Argentina “se producen una gran cantidad y variedad de hilados sintéticos que dan trabajo a muchísimas familias y que, de bajar aranceles a algunos de ellos, se verían en serias dificultades de competir en igualdad de condiciones con los mismos de origen importado, puesto que obviamente una buena parte de todo lo que se consume es de origen extranjero”. Fue enviada antes de que Caputo lo diera a conocer por las redes, pero ya sabiendo que sucedería. Lo mismo hizo el sector de neumáticos, a los que les bajarán de 35% a 20% el arancel, aunque de forma gradual en este caso.
Los anteojos de sol también están incluidas en esta rebaja arancelaria. Consultado al respecto, el presidente de la Cámara Argentina de la Industria Óptica, Norberto Fermani, planteó su preocupación por el impacto que generará la medida ya que “hoy los productos importados pasan a ser 15 puntos más económicos”. “Y mientras el dólar oficial sube a razón de 2% mensual, nuestros costos aumentan en línea con la inflación o más, ya que los salarios le están ganando a la inflación y somos mano de obra intensiva”, dijo el industrial, quien agregó que siente una sensación de “injusticia”.
Hacer Comentario