Antonio Aracre, jefe de asesores del presidente Alberto Fernández, dijo hoy que el gobierno está “preocupado y ocupado” con la inflación, que vinculó a la sequía que –precisó- este año reducirá en cerca de USD 20.000 millones las exportaciones, pero condenó las propuestas de ajuste rápido de la oposición que –dijo- aumentarían la pobreza y reducirían los salarios. Aunque ratificó la estrategia presidencial de las PASO, para “dirimir liderazgo”, dijo que Alberto aún no definió si se presentará. Esquivó definirse sobre la necesidad de una reforma laboral, pero dijo que las pymes necesitan alivio tributario.
La inflación “nos preocupa y nos ocupa. La gente tiene poca tolerancia a escuchar argumentos, excusas, razones. Si en año electoral no explicamos bien las propuestas, nos podemos volver a equivocar. Por eso es importante entender la sequía: es un fenómeno no menor para un país como la Argentina, menos aún cuando te quita 20 o 25% de las exportaciones. Argentina necesita dólares, la matriz productiva industrial es importadora; los dólares los aporta el campo y esta vez va a aportar USD 20.000 millones menos. Eso es presión sobre la oferta y el tipo de cambio que también lleva a fenómeno inflacionario”, explicó Aracre, hasta fines del año pasado CEO de Syngenta, multinacional de capitales chinos vinculada al agro.
El ahora funcionario dijo que la batalla contra la inflación será “larga” y condenó la forma “rápida” que propone la oposición. “Proponen un fuerte ajuste fiscal para equilibrar rápidamente la macroeconomía. Eso lleva a una fuerte recesión, caída del PBI y del empleo y destrucción del poder adquisitivo del salario. Es lo que pasó en 2018 y 2019, cuando se destruyeron 250.000 puestos de trabajo y el poder adquisitivo del salario cayó 20 por ciento. Eso lo que Alberto Fernández no quiere. Vamos a tener que soportar cierta caída, porque la sequía implica desaceleración del crecimiento. Pero no (vamos a) forzarlo, porque en un país con 40% de pobreza cualquier propuesta debe ser sostenible desde el punto de vista económico, pero también social, dijo el funcionario, que prefirió concurrir a los estudios de radio Mitre, de modo de tener una entrevista presencial porque se siente más cómodo mirando a los ojos y observando el lenguaje corporal de sus interlocutores.
Devaluación, inflación, salarios y pobreza
En julio del año pasado, en una entrevista televisiva, Aracre había dicho que el sistema cambiario “necesita un desdoblamiento”, idea que habría ratificado puertas adentro del gobierno y provocó malestar en el equipo económico. Ahora, en cambio, esquivó la cuestión.
-Argentina tuvo crisis a mediados 2022. El debate es si se podrá sostener el mercado con esta falta de dólares. ¿Massa se equivocó al no desdoblar el mercado?, le preguntaron.
“Un proceso devaluatorio es un salto devaluatorio. Y eso es empobrecedor. En la Argentina cuando devalúas, con el grado de bimonetarismo que hay, tenemos una pasaje a inflación del de 80, 90, 100%. La pobreza aumenta y el poder adquisitivo se reduce y la recuperación del salario después de ese proceso inflacionario es muy lenta. Por eso cuando Patricia Bullrich dice que quiere levantar el cepo de inmediato, deberían preguntarle cómo es eso en el corto plazo, porque implica un salto devaluatorio.
“Nosotros estamos evitándolo”, subrayó Aracre. “Si mirás los números de gasto público y déficit fiscal desde 2020 se observa reducción bastante significativa. En 2020 tuvimos que afrontar pandemia horrorosa. Otros países pudieron recurrir al endeudamiento, nosotros tuvimos que emitir (el equivalente a) 10% del PBI y eso todavía nos pega en materia inflacionaria. Hay que tener en cuenta en qué condiciones recibimos el país y qué nos pasó después con la pandemia, la guerra y la sequía, la imposibilidad de endeudarse”, se explayó el asesor presidencial.
Consultado sobre si el gobierno dejará una “bomba” al que lo suceda, el asesor presidencial lo negó. “No existen precedentes de que la sequía se repita dos años seguidos”, señaló, y afirmó que con las ayudas del gobierno la expectativa de producción agroindustrial del año que viene “será espectacular y las reservas se recompondrán”.
Fue allí que ahondó en la necesidad de un “puente”, que vinculó al pedido de Alberto Fernández al presidente de EEUU, Joseph Biden. Según Aracre, se trata de un período de 2 a 3 años. Terminado el Gasoducto Néstor Kirchner y con plantas de licuefacción de gas, afirmó, aumentarán las exportaciones de hidrocarburos, litio (también mencionó el cobre, que actualmente el país no produce) y la escasez de dólares dejará de ser un problema estructural.
En marzo de 2022 el presidente Alberto Fernández anunció la “guerra contra la inflación”. Aracre le bajó el nivel y lo redujo a una “batalla”, pero aclaró que será “larga” y que “la peor es la que no se da e insistió en que los “modos rápidos” que proponen algunos sectores de oposición aumentarían la pobreza.
En cuanto a las peleas internas del Frente de Todos, Aracre dijo que trabaja “para que entendamos que el adversario está afuera y no está adentro”, que también hay peleas internas en Juntos por el Cambio y atribuyó los conflictos a que la Argentina pasó de un sistema de partidos a uno de frentes políticos, de mayor heterogeneidad. Por eso, restó importancia a disidencias como la de Máximo Kirchner, que renunció a la presidencia del bloque oficialista en Diputados a raíz del acuerdo con el FMI. El asesor presidencial, en cambio, enfatizó en su momento a Infobae el costo de pelearse con el Fondo “cuando ya estás adentro”.
PASO y liderazgo
Del lado del oficialismo, dijo. “esperemos que en las PASO la gente pueda dirimir qué representatividad tiene cada subespacio y la gente termine eligiendo cuál lo representa”. En cuanto a si Alberto Fernández competirá en ellas, agregó: “El presidente dijo que había que las PASO era la mejor herramienta para definir el liderazgo. Él dirá oportunamente si quiere competir”.
El asesor presidencial fue en cambio esquivo respecto de la idea de una reforma laboral, idea por la que fue criticado por la dirigencia de la CGT. “Probablemente no fue feliz cómo lo expuse. Pero en la Argentina hay 10 millones de personas que viven en la informalidad, del trabajo en negro o en la economía popular ofreciendo changas y no tienen cobertura como los autónomos o monotributistas. En un gobierno peronista tenemos que buscar una solución para esas personas. Tal vez los propios gremios tienen que pensar cómo integrarlas”, señaló.
En cambio, fue más asertivo sobre la necesidad de una reforma tributaria que consideró “muy necesaria” para que las pymes puedan crecer y sostenerse”. Actualmente, acotó, “la perversión administrativa les complica mucho la actividad”.
Pero así como fue contemplativo con las pymes, Aracre fue crítico de la dirigencia agropecuaria, que apuntó los problemas que genera el dólar soja. “En un país con tantas dificultades económicas, con 40% de pobreza, que un gobierno peronista les dé a los productores un tipo de cambio para liquidar la soja a $300 es algo digno de destacar, un esfuerzo enorme que se hace fiscalmente que no se hace para otros sectores. Lamentablemente la Mesa de Enlace no valora esto. Hay un espíritu corporativo que les impide ver más allá”, acusó. Cabe acotar, sin embargo, que el dólar soja y el dólar agro no implica un “esfuerzo fiscal” para el gobierno, que recaudará más porque las retenciones, que no se tocan, se cobrarán sobre un mayor valor en pesos.
Sobre el final de la entrevista, Aracre dijo que decidió salir del sector privado y sumarse al gobierno de Alberto Fernández (a quien describió como “muy comprometido” y “resiliente”) porque “tengo dos hijos que quiero que se queden acá. Y tengo una cabeza progresista, no creo en estas soluciones de ajustar. Lo virtuoso es siempre más complejo”.
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