Las importaciones siguen mostrando niveles bajos con respecto a los del año pasado -en mayo rozaron los USD 5.000 millones, equivalentes a una contracción interanual del 32,8%- y se debe, en gran parte, al derrumbe que el ajuste provocó en el nivel de actividad. Pero la posibilidad de que crezcan comienza a ser motivo de preocupación entre los industriales de cara al segundo semestre, ya que hay un consenso entre economistas y empresarios de que se frenó la caída entre mayo y junio y que en los próximos meses la economía debería comenzar a reactivar. “Esperamos que la competencia asiática no se coma el rebote”, dijo este martes, en diálogo con Infobae, un directivo de la UIA tras haberse reunido con los secretarios del área productiva del Ministerio de Economía.
Todavía el escenario parece lejano porque son pocos los que avizoran luz al final del túnel. Pero los sectores más sensibles y con mayores dificultades para competir con los productos de origen asiático en las actuales condiciones están levantando la voz y advirtiendo que hay varios factores que anticipan un mayor ingreso de producción importada a menor costo. En primer lugar, el aprobado Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) y la amenaza que ello genera en las pymes nacionales, ya que las empresas que participen podrán importar insumos con arancel 0.
Más allá de los problemas que el tipo de cambio genera en la competitividad de la industria, hoy la preocupación de los empresarios radica en las dificultades que está teniendo el equipo económico para transmitir tranquilidad en los mercados financieros
Si bien está estipulado, en la ley, que el proyecto deberá “contener un compromiso de contratación de proveedores locales respecto de bienes y/u obras equivalentes como mínimo al veinte por ciento (20%) de la totalidad del monto de inversión destinado al pago de proveedores, siempre y cuando la oferta de proveedores locales se encuentre disponible y en condiciones de mercado en cuanto a precio y calidad”, en la UIA consideran que no está muy claro que los incentivos le lleguen a los proveedores nacionales y quieren participar de la reglamentación. Así se lo plantearon los dirigentes de la entidad este martes a los secretarios de Planeamiento y Gestión para el Desarrollo Productivo y de la Bioeconomía, Juan Pazo; de Comercio, Pablo Lavigne, y de Pequeña y Mediana Empresa, Marcos Ayerra, tras un encuentro que mantuvieron en la sede de Avenida de Mayo.
También preocupa el impacto que tendrá la reducción de 10 puntos del impuesto PAIS (hoy del 17,5%) que el ministro de Economía, Luis Caputo, prometió que haría si se aprobaba la Ley Bases. La buena noticia para los industriales es que seguirán con protección por al menos dos meses más, ya que hasta que la norma debe primero ser promulgada y luego deben publicarse los decretos reglamentarios. El tributo no bajará al 7,5% este mes; “será entre agosto y septiembre”, afirmó una fuente oficial. Primero, el fisco debe contar con los recursos, por ejemplo en concepto de Ganancias, que le otorgarán las reformas del paquete fiscal sancionado. Una vez consolidada la caja, recién ahí el Ejecutivo procederá a reducir el gravamen.
“Para todos los que fabricamos en el país, que le pongan un impuesto al bien importado es una protección, ya que nosotros pagamos el tributo por los insumos importados que traemos, que en mi caso representan apenas el 10%, mientras que el importador lo paga por el 100% del costo del bien. Por eso, proponemos que la rebaja se haga primero con los insumos y luego para los productos terminados”, sugirió un industrial de la UIA, resignado, sin embargo, a que no está en las intenciones del Gobierno avanzar de ese modo.
De todos modos, de este tema no se habló durante el encuentro de este martes, así como tampoco los empresarios hicieron explícita referencia a la cuestión del tipo de cambio sobre la cual coinciden en que hay un atraso y una pérdida de competitividad con respecto a los primeros meses del año. “Se marcó, de todos modos, que con este tipo de cambio hay que tener una doble agenda: por un lado, trabajar con el fomento a las exportaciones, vía aumento de reintegros y baja de retenciones; y por otro, acelerar la aplicación de medidas para combatir la importación que genera competencia desleal”, remarcaron desde la entidad que conduce Daniel Funes de Rioja.
Más allá de los problemas que este tipo de cambio, utilizado por el Gobierno como ancla antiinflacionaria, genera en la competitividad de la industria, hoy la preocupación que se escucha entre los empresarios radica en las dificultades que está teniendo el equipo económico para seguir transmitiendo tranquilidad en los mercados financieros. “Van a tener que recalibrar en algún momento el plan de crawling peg al 2% y la tasa baja para que el mercado lo vea más creíble. El Banco Central empezó a perder reservas y el FMI marcó la cancha. Si tuvieras importaciones más altas, se complicaría todo mucho más”, remarcó la fuente consultada. Y hoy eso no ocurre, pero en la medida en que la actividad comience a rebotar, las compras al exterior volverán a ser atractivas, y más aún si el dólar oficial sigue con marcha lenta y eliminan el impuesto PAIS. Si bien circulan versiones de que el Gobierno podría aprovechar esta baja del impuesto para subir el tipo de cambio oficial en ese mismo porcentaje, lo cual generaría un efecto neto, el equipo económico insiste con que no habrá devaluación.
Hacer Comentario