Era una final anticipada. Una semifinal que parecía algo más. Sin Rafa Nadal sobre la arcilla de París, el Roland Garros aguardaba el duelo entre Novak Djokovic y Carlos Alcaraz como si fuese el partido de los partidos. El veterano que aspira a ser el tenista con más grandes en la historia del circuito masculino frente al adolescente considerado ya por todos como el gran heredero. Una batalla, la segunda entre ambos, que se antojaba épica y que se truncó cuando mejor pinta tenía. Fue entonces, en el segundo juego de la tercera manga, con el partido igualado –un set para cada uno–, cuando el cuerpo de Alcaraz dijo basta, literalmente. Unos calambres que empezaron en la pierna derecha atraparon prácticamente todo su cuerpo y ahí se acabó todo, el partido y el sueño del murciano, que se quedó fuera de la final de Roland Garros. Ahí estará por séptima vez Djokovic (3-6, 7-5, 6-1, 6-1). El serbio, ganador en 2021, buscará su tercer Roland Garros, su Grand Slam número 23, el que le convierta en el mejor de siempre por delante de Nadal.
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