A días del cambio de gobierno y frente a un escenario sumamente crítico en materia de divisas y de falta de pagos de las importaciones, la industria autopartista advirtió que la situación de escasez de insumos es crítica, que ya hay líneas de producción y plantas paradas y unos 50.000 empleos directos en riesgo. Las alertas llegaron de la Asociación de Fábricas de Componentes de la Argentina (AFAC) y también de la comisión autopartista de la Cámara de Industriales Metalúrgicos y de Componentes de Córdoba (CiMCC); en ambos casos, piden a gritos a la gestión de Javier Milei, que asumirá el domingo, una solución urgente para que las compañías puedan retomar el flujo de pagos con sus proveedores externos y evitar importantes quebrantos.
“Los bloqueos recurrentes para poder efectivizar pagos al exterior han generado una fuerte tensión con los proveedores externos por no poder dar cumplimiento a las diversas fechas autorizadas y pospuestas reiteradamente. La acumulación de la deuda comercial ha provocado diversas paradas de líneas, grandísimas ineficiencias, sobrecostos y una grandísima incertidumbre”, planteó AFAC en el comunicado.
Además, remarcó que la situación actual ha llevado a un estado de “precariedad absoluta a toda la actividad” y que “no hay capacidad de reacción a la demanda de las terminales para producir vehículos”, además de que tampoco hay una oferta suficiente para el mercado de reposición y hay exportadores que están bajo serio riesgo de perder clientes obtenidos luego de años de generar confianza.
Un reciente relevamiento de AFAC indica que unas 95 empresas autopartistas tienen, al 30 de noviembre, un stock de deuda de USD 585 millones, de los cuales USD 523 millones es por bienes y USD 62 millones por servicios. Este pasivo se ha incrementado, según el informe, un 57% en relación al 31 de diciembre del 2022, por lo que se infiere que la deuda total del sector autopartista se acerca a los USD 1.000 millones.
Los autopartistas mencionaron también el “riesgo de sostenibilidad que se genera sobre gran parte de los proveedores que han cobrado por parte de las terminales la incidencia de los insumos importados al tipo de cambio oficial, sin saber ni cuándo ni cuánto se podrá cumplir con los compromisos externos”. Eso les genera un descalce financiero y económico con el consiguiente riesgo de quebranto, advirtieron.
Según añadió la entidad que dirige Norberto Taranto, la regularización de los pagos al exterior es recién el comienzo del proceso de normalización productiva, ya que los diversos orígenes de los insumos pueden requerir tiempos logísticos de más de 60 días. “La urgencia de la situación genera graves implicancias sobre las empresas autopartistas, mayoría pymes, y los 50 mil empleos directos”.
En este contexto, consideran indispensable: 1) establecer un esquema de pagos que permita recuperar a la brevedad la previsibilidad y certidumbre en las relaciones comerciales con los proveedores de insumos productivos del exterior y 2) definir un canal rápido para dar solución a las situaciones más graves de paradas de planta y líneas de producción.
“Gran parte de los proveedores (…) han cobrado por parte de las terminales la incidencia de los insumos importados al tipo de cambio oficial, sin saber ni cuándo ni cuánto se podrá cumplir con los compromisos externos”
“Estamos frente a una situación de emergencia en la que todos los eslabones productivos, empresariales y laborales, deberemos colaborar con las nuevas autoridades y actuar con gran responsabilidad, diligencia y visión de conjunto”, finalizó AFAC en el parte de prensa.
A su vez, desde la comisión autopartista de la Cámara de Industriales Metalúrgicos y de Componentes de Córdoba (CiMCC) también alertaron que “las empresas del sector enfrentan un quebranto generalizado con la consiguiente parálisis que compromete la continuidad de la actividad industrial”.
En un tono bastante más duro, los cordobeses manifestaron que tomaron deuda comercial para poder seguir produciendo y no afectar el empleo, pero “esa confianza que el sector depositó chocó con el incumplimiento por parte del Estado y, en esta instancia, está enviando a la morgue a uno de los motores más potentes de la productividad argentina”. “Revisten profunda gravedad los anuncios de las terminales automotrices respecto a reducción de personal, suspensiones y bajas en la producción. El sector necesita dólares de manera urgente para seguir operando porque los más de u$s 6.000 millones que componen la deuda sólo podrán honrarse si el nuevo gobierno implementa las medidas necesarias para cumplir con los compromisos de pago al exterior con los proveedores”, remarcaron los autopartistas de esa provincia.
Según precisaron, “atender esta problemática requiere trabajar en un esquema de pagos que se implemente a la brevedad y con soluciones inmediatas para las situaciones de paradas de planta y líneas de producción”.
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