La Argentina registró el mayor salto de deuda en relación a su PBI entre los países emergentes en 2023, durante el gobierno de Alberto Fernández. El Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, según su sigla en inglés) publicó su monitor de deuda con el balance del año pasado, que refleja una caída en la relación global de deuda-PBI, salvo en algunos países.
En el caso argentino, según los investigadores de este think tank de los bancos internacionales, la deuda pública pasó del 78,1% del PBI a fines de 2022 a 91,1% en diciembre pasado. Se trata del mayor incremento en los mercados emergentes, según esta informe del IIF presidido por Ana Botín.
En diciembre 2023 el stock de deuda bruta de la Administración Central llegó a USD 370.664 millones, de los cuales USD 368.215 millones se encuentran en situación de pago normal, según informó la Secretaría de Finanzas del Ministerio de Economía.
En el primer mes de gobierno de Javier Milei, y de Luis Caputo al frente del Ministerio de Economía, registró una disminución equivalente a USD 54.610 millones, equivalente a una caída en el mes de 12,92 por ciento.
“La variación se explica por el aumento de la deuda en moneda extranjera en USD 272 millones y la reducción de la deuda en moneda local por un monto equivalente en dólares de USD 54.882 millones”, destacó informe de Finanzas.
“El 28% de la deuda en situación de pago normal es pagadero en moneda local mientras que, el 72% restante, en moneda extranjera”, precisó el informe oficial.
En cambio, el último informe de Latinfocus indica que la deuda pública pasó del 85% al 118% del PBI entre 2022 y 2023 y estimó que descenderá al 91% en 2024 y al 78% en 2025.
“El ratio deuda/PBI mundial disminuyó por tercer año consecutivo, impulsado en gran medida por los mercados desarrollados. Sin embargo, el ritmo de descenso de la deuda/PIB se ralentizó bruscamente en 2023, al debilitarse tanto el crecimiento como la inflación”, aclaró el IIF.
En cambio, indicó, “el ratio deuda/PIB en los mercados emergentes (ME) alcanzó nuevos máximos en 2023, observándose los mayores aumentos en India, Argentina, China, Rusia, Malasia y Arabia Saudita”.
En India pasó del 81,8% al 82,7%% el último año; en China de 77% al 85,7%, en Rusia del 20,6% al 21,2%, en Malasia del 60,3% al 64% y en Arabia Saudita del 23,8% al 25,1%, respectivamente.
Balance y riesgos en el mundo
En términos agregados, la deuda pública en los mercados emergentes pasó del 64,9% al 69% y en los países desarrollados bajó levemente, del 113,9% al 113,3%. A nivel global subió del 95,6% al 96,7%.
Según el IIF, “la incertidumbre en torno a la trayectoria de las tasas de interés estadounidenses y del dólar podría aumentar la volatilidad de las condiciones de financiación internacional, limitando la voluntad y la capacidad de los soberanos de los mercados emergentes para acudir a los mercados internacionales de deuda”.
Para el IIF, resulta “especialmente preocupante, la profundización de la fragmentación geoeconómica, los conflictos geopolíticos y el creciente proteccionismo comercial”.
Estos factores “pueden provocar cambios más frecuentes y bruscos en el sentimiento de riesgo mundial. Cualquier escalada de estos riesgos podría exacerbar las vulnerabilidades de la deuda”, indicó el informe.
Según precisó, “con los recortes de tasas de la Fed en el horizonte, la incertidumbre en torno a la trayectoria de las tasas de interés oficiales y del dólar estadounidense aumenta la volatilidad de los mercados y el endurecimiento de las condiciones de financiación para los países con una dependencia relativamente alta del endeudamiento externo”.
Al respecto, el IIF prevé “una ralentización significativa del ritmo de reducción de los balances por parte de los bancos centrales a medida que la inflación se acerque a su objetivo”.
Sin embargo, “si se reanudaran las presiones inflacionarias, independientemente de los factores que las impulsen -por una escalada de las tensiones comerciales, un impulso al crecimiento derivado de la adopción de tecnologías de inteligencia artificial, la creciente preocupación por la disciplina presupuestaria- repercutiría negativamente en las perspectivas de los mercados mundiales de deuda”. El efecto sería “a través de unos costos de endeudamiento más elevados”.
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