En las próximas dos semanas el staff técnico del FMI que pasó por Buenos Aires se dedicará a elaborar el informe final sobre el estado de la economía argentina, el incumplimiento de las metas en 2023 y el trazado de los nuevos objetivos para 2024, en el primer año de presidencia de Javier Milei, y girará ese documento al directorio. A fin de mes, si este circuito corre por los carriles habituales, el Poder Ejecutivo Nacional recibirá el desembolso de USD 4.700 millones desde Washington. Será solo uno de los pasos próximos que desandarán el gobierno y el organismo en los próximos meses.
La negociación de poco más de un mes que encabezaron Luis Caputo y Luis Cubeddu a cada lado de la mesa terminó el último miércoles por la tarde con una declaración del Fondo Monetario Iinternacional con un apoyo a los lineamientos iniciales del plan económico del gobierno libertario, una luz verde para ese primer desembolso, la bendición de algunas de las medidas clave que anunció el Poder Ejecutivo y alguna advertencia sobre la solidez del plan fiscal, que necesita, en parte, respaldo parlamentario.
El rediseño del programa Extended Fund Facility (EFF) firmado en marzo de 2022 y que experimentó una considerable cantidad de recálculos de metas, eliminación de algunos objetivos, redireccionamiento de otros y que ya atravesó sus casi dos años de vigencia con cuatro ministros de Economía en ese tiempo, implicó en este caso que el Fondo permitiera solo una cantidad leve de anticipos de desembolsos para sostener los primeros meses del plan Caputo.
El Extended Fund Facility firmado en marzo de 2022 experimentó una considerable cantidad de recálculos de metas, eliminación de algunos objetivos y ya atravesó sus casi dos años de vigencia con cuatro ministros de Economía
Los USD 4.700 millones están compuestos por USD 3.300 millones pendientes del último desembolso del 2023 ante los incumplimientos de las metas de septiembre durante el gobierno de Alberto Fernández y de Sergio Massa en el Ministerio de Economía; a lo que se suman unos 800 millones de DEG adicionales adelantados de marzo y una porción menor de los que corresponden a junio y septiembre. Con ese dinero le alcanzará al Ejecutivo para pagar las obligaciones de pago al FMI hasta abril.
No habrá, entonces, financiamiento extra para refuerzo de reservas y tampoco se acudió a la posibilidad de una asistencia a la que la Argentina tendría derecho (con un tope de unos USD 1.300 millones) en el marco del Fondo de Resiliencia creado recientemente por el organismo.
El Gobierno asegura que el FMI abrió la puerta para rediscutir un programa nuevo desde cero, pero la urgencia por conseguir un puente de tiempo con vencimientos de deuda cubiertos hizo descartar esa alternativa porque hubiera demorado el trámite, al requerir apoyo del Congreso.
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“No hay plata”
Algunas lecturas de mercado ironizaron que el mensaje del organismo al gobierno fue que “no hay plata”, un mantra repetido por Milei. Así lo interpretó la consultora PxQ de Emmanuel Álvarez Agis, que analizó como característica saliente del nuevo acuerdo su brevedad en el horizonte temporal: “El FMI despeja los vencimientos del primer cuatrimestre del año y eso genera suspicacias debido a que, como ya señalamos, la política económica de la nueva administración tendrá su primer stress-test para esa fecha, dada las tensiones sobre el mercado oficial de cambios derivadas de la aceleración de la inflación”, explicó.
“Un apoyo contundente por parte del organismo hubiera sido cerrar el esquema de desembolsos de todo 2024, dada que las acciones previas por parte de la LLA estuvieron por encima de cualquier expectativa por parte del Fondo. No identificamos el apoyo con la inclusión de plata fresca, puesto que en esta instancia un desembolso neto positivo hubiera obligado al gobierno a incluir ese nuevo endeudamiento en la discusión parlamentaria, debido a la ley aprobada en ocasión de la versión original de este acuerdo en marzo”, planteó PxQ.
El sistema de metas estará en el marco de algunos de los anuncios de política económica que planteó el ministro Caputo en el arranque del gobierno libertario incluye un ajuste fiscal de 5,2% del PBI, lo que implica, dicho de otra forma, un superávit primario de 2,2% del PBI para cubrir intereses de la deuda. Así, quedaría con equilibrio financiero en el primer año de mandato.
El FMI consideró que el ala fiscal del programa de Caputo y Milei es el “ancla” del plan, al que consideró “ambicioso” y sobre el que, afirmó, espera que esté sostenido en apoyo político en el Congreso.
Un apoyo contundente por parte del organismo hubiera sido cerrar el esquema de desembolsos de todo 2024, dada que las acciones previas por parte de la LLA estuvieron por encima de cualquier expectativa por parte del Fondo (PxQ)
Para la consultora Equilibra, ese objetivo asoma como difícil. “No vemos factible que el gobierno alcance un superávit primario de 2% del PBI este año por pérdida de ingresos, menor ajuste del gasto social (mayor recesión y deterioro socioeconómico de lo esperado) y dificultad en el Congreso para aprobar todas las iniciativas que suben (bajan) impuestos (gastos). Pero estimamos que en 2024 se alcance un superávit primario (0,5% del PBI), lo que no sucedía desde 2009. Este logro ayudará a cumplir la meta de asistencia del BCRA al Tesoro”, planteó un informe.
“El plan del gobierno no sólo busca eliminar el déficit fiscal, sino también la asistencia en pesos del BCRA al Tesoro. Si gran parte del ajuste fiscal se lleva a la práctica, las necesidades de financiamiento del Tesoro serán acotadas, elevando las chances de cubrirlas en el mercado local y, por ende, de cumplir la promesa de que no va a financiarse con el BCRA, que se mantiene tal cual se estipuló originalmente”, continuó la consultora que dirigen Martín Rapetti y Diego Bossio.
La meta de reservas del BCRA, una de las más relevantes del acuerdo, es acumular USD 10.000 millones, lo que implicaría llegar a fin del 2024 con saldo neto neutro o levemente positivo, ya que el punto de partida al inicio del gobierno de Javier Milei fue de más de USD 11.000 millones negativas. De esos USD 10.000 millones, en diciembre el Banco Central acumuló USD 2.700 millones.
Proyecciones pendientes
Hay dos datos relevantes que aún restan conocer del nuevo marco de entendimiento técnico entre el Gobierno y el FMI: cuál es el escenario de base de inflación y de variación del PBI para este año.
Desde el Ministerio de Economía aún no dan pistas sobre cuál es la suba de precios esperada para el año, y se descuenta que el impacto recesivo de esta primera parte del 2024 -más la tendencia que ya arrastraba la economía a fines del año pasado- la empujará a una fuerte contracción.
El staff report, además de alumbrar cuál es el escenario de inflación y PBI con el que trabajan en Buenos Aires y en Washington, dejará de manifiesto cuáles son las metas trimestrales
El Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) que elabora el Banco Central marcó en su último informe, el jueves, que los participantes esperan “un nivel del Producto Bruto Interno (PBI) real 2,6% inferior al promedio de 2023, empeorando la perspectiva en 0,2 puntos porcentuales respecto del sondeo previo. Este deterioro se concentró en el primer trimestre, período para el cual los participantes redujeron su pronóstico en 0,9 puntos porcentuales”.
Y la inflación esperada para todo el año que ronde 213%, en línea con la tasa anual que arrojó diciembre según el Indec. Esa proyección está sostenida en el supuesto de que el IPC retomaría el ritmo de un dígito mensual cerca de mediados de año.
Según la portavoz del FMI, esos datos serán revelados en el informe de staff que el FMI elaborará en las próximas semanas, y que será puesto a consideración del directorio a fin de mes para la habilitación del giro anunciado de USD 4.700 millones.
El apretón de manos con el FMI debería despejar el camino hasta mayo, cuando tendrá lugar la octava revisión de metas del programa, que examinará los objetivos de fines de marzo. El staff report, además de alumbrar cuál es el escenario de inflación y PBI con el que trabajan en Buenos Aires y en Washington, dejará de manifiesto cuáles son las metas trimestrales más allá de las anuales, es decir, la secuencia que tendrá ese camino.
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