Desde Resistencia, Chaco.— Mercedes Valois Flores tiene 82 años y es la tía abuela de Cecilia Strzyzowski. Hasta hace 20 días, en su domicilio convivían su sobrina nieta con su pareja, César Sena, y sus mascotas. Hasta esa casa, ubicada en el Barrio 500 viviendas en la ciudad chaqueña de Barranqueras, viajó Infobae para hablar con ella, que fue la última persona de la familia que vio con vida a Cecilia.
Son pasadas las 10.30 del martes feriado y Mercedes sale del interior de la vivienda rodeada de perros, que saltan y ladran. Del otro lado de la reja, sobre la calle de tierra, tres efectivos de Gendarmería solicitan a esta cronista su identificación. La custodia llegó después de que la mamá de Cecilia recibió un llamado anónimo. “Sabemos que tenés otra hija”, le dijeron a Gloria Romero. Por seguridad, a Mercedes también le asignaron una consigna en su casa.
Una vez adentro, la mujer pide disculpas por el desorden. “Estas bolsas que hay acá tienen ropa para lavar. Eso que está allá atrás es lo que quedó de la cafetería, ‘El Gato Negro’, que Cecilia había inaugurado con César, pero que después cerró”, dice Mercedes, mientas señala una caja registradora y una pila recubierta con un acolchado. En la cochera, que es mitad living, mitad depósito, también hay una moto y varios pares de guantes de boxeo, propiedad del hijo de Emerenciano Sena y Marcela Acuña.
Según Mercedes, Cecilia se instaló en su casa antes de conocer César Sena, cuando consiguió un puesto en un call center. Lo hizo por una cuestión de comodidad: desde allí podía acceder más rápido a su trabajo. La convivencia fluyó sin problema. “Teníamos un vínculo estrechísimo: ella estaba siempre prendida de mí. Le gustaba mucho cocinar. Hacía chipá. Hizo un curso en el Instituto de Gastronomía Argentina (IGA). Yo la acompañé: la esperaba en el auto hasta que saliera y volvíamos las dos a las 12 de la noche”, cuenta Mercedes.
Te puede interesar: Los chats que entregó un testigo de identidad reservada y que revelan el miedo de Cecilia Strzyzowski
“Gorda”, como la llamaba Cecilia cariñosamente, no recuerda con exactitud cómo fue la charla en la que su sobrina nieta le contó que estaba en pareja con César Sena. Lo que sí se acuerda, dice, es el diálogo que ella tuvo después con su médico, cuando le contó la novedad. “Él me dijo: ‘¿Por qué se fue a meter con esa gente?’. Yo lo miré y le contesté: ‘Y bueno doctor, el amor es ciego’”, repasa.
La convivencia
Mercedes dice que César se instaló en la casa donde Mercedes vivía con Cecilia después del casamiento. Además de su moto y los guantes de boxeos, en la habitación de la pareja está su ropa, libros, cuadernos y calzado.
Según ella, la convivencia entre ambos era “excelente”. “Ella estaba chocha y él también. ‘Amor’ de acá, ‘Cielo’ de allá, se decían. Todo era amor, beso, beso, beso y beso. Y él, él era un chico obediente: yo le daba plata y él me hacía los mandados”, cuenta la mujer.
La habitación que compartía la pareja tiene el techo de madera y está pintada de azul. Hay una cama matrimonial, un plasma colgado sobre a pared, un placard (con ropa de ambos), un escritorio con varios libros y una pizarra. A excepción de las tres computadoras que secuestró la policía, el resto está tal cual lo dejaron Cecilia y César antes del supuesto viaje a Ushuaia. Sobre la mesa de luz de Cecilia quedó un tejido con lana rosa, recién empezado. “Quería hacerse una bufanda”, cuenta Mercedes.
Te puede interesar: Una presunta pelea por dinero y qué pasó en la casa donde se vio por última vez a Cecilia: la declaración clave de la madre del principal sospechoso
Una tarjeta escrita a mano llamó la atención de Infobae. “Un mes más a la colección. Te admiro por aguantarme. Te agradezco por amarme. Te doy gracias por ser mi mundo. Vamos por más aventuras”, le escribió César a Cecilia para su último aniversario. Dice Mercedes que esa tarjeta acompañaba el ramo de flores, ahora marchitas, que están sobre el escritorio. “(César) Siempre venía con algo: flores, bombones, helado”, agrega la mujer.
La despedida
El viernes 1 de julio, Cecilia Strzyzowski salió de esa casa con su “valijita”, dice Mercedes. “Ella estaba convencida de que iba a ir a Ushuaia. Pero ¿sabés qué la obsesionaba? El vuelo. ‘Se va a caer el avión y me voy a morir’, decía. Ella tenía el presentimiento de muerte”, asegura su tía abuela.
De su miedo a la muerte también dan cuenta los intercambios que tuvo con su hermana Ángela, según consta en un chat que ella compartió con Infobae. Y, también, una charla que Cecilia tuvo con un testigo de identidad reservada y que forma parte del expediente al que también accedió este medio.
“Estoy muy ansiosa. Estoy por viajar a Ushuaia. Tengo miedo al avión. Así que si muero solo debo decir que te quiero”, le escribió la joven aquel viernes, mientras armaba la valija a las 18.46.
Te puede interesar: La sucesión de mentiras y contradicciones en la declaración testimonial del principal sospechoso del femicidio de Cecilia
“Cuando se despidió de mí acá en la galería, me dijo: ‘Dame muchos besos porque yo me voy a morir. Se va a caer el avión y me voy a morir. Yo la besé y ahí sentí que nunca más iba a volver a verla. No sé si era porque se iba lejos… Ella nunca se había ido tan lejos”, dice Mercedes.
El final
Después de que Cecilia partió con César, Mercedes cuenta que intentó comunicarse con ella pero que no pudo: “Le escribí y me contestó que se le había caído el teléfono y se le había roto la cámara. Decía que no podía hacer videollamadas, solamente podía recibir mensajes. ‘Cuando llegue a Ushuaia me voy a comprar un celular nuevo’, me dijo”.
Mercedes sigue: “Un día le escribí preocupada a César y me dijo que Cecilia se había escapado con un amante en Buenos Aires o algo así. Ahí se me encendieron todas las alarmas: ‘¿Dónde está mi nena?’, pensaba”.
En medio de la incertidumbre, el 5 de junio dos hombres se presentaron en su domicilio. y le preguntaron qué sabía de Cecilia. “Yo les contesté, totalmente convencida, que estaba de viaje. ‘No, señora. A Cecilia le pasó algo y está desaparecida’, me dijeron. Después fueron a lo de Gloria y le dijeron lo mismo. Entonces ella radicó la denuncia”, repasa Mercedes.
Te puede interesar: La entrevista en la que Cecilia Strzyzowski expresaba su felicidad por haber cumplido “el sueño de toda la vida”
En su declaración, Gloria manifestó que: “Una persona de nombre C., de quien ignora más datos, que trabajaba con Cecilia y residía en el barrio Emerenciano Sena, dijo que tendría conocimiento de que le habían hecho algo a mi hija y que estaba seguro que estaba desaparecida por se acercó a mi casa”.
Al igual que Gloria, Mercedes quiere saber dónde está Cecilia. La mujer, de profesión obstetra, encabezó las cuatro las marchas para pedir “Justicia”. Ahora, en el patio de su casa, presenta a los perros de Cecilia.
“Tenía locura por los perros. El bulldog francés es Murci; Carmela es la más viejita; y aquellas son Jinti, Stich y Mara. A Mara la rescató de un refugio. La trajo toda desnutrida, la empezamos a recuperar y ahora está hecha una sinvergüenza”, dice.
Mercedes se sienta en un banquito y fija la mirada en el suelo, unos segundos. No lo dice, pero ni sus 82 años, ni el dolor que la corroe por dentro serán un impedimento para que deje de buscar a Cecilia.
Fotos: Edgard Aguirre
Seguir leyendo:
Hacer Comentario