Los datos fiscales de agosto confirmaron que el Gobierno quedó con una de las dos metas principales con el Fondo Monetario Internacional encaminada, que es la de superávit primario en el tercer trimestre del año. Para el otro de los objetivos vertebrales del acuerdo, el Banco Central necesitaría un fuerte volumen de compras y adición de reservas.
El resultado del sector público nacional se conoció diez días antes de que tenga lugar la última meta de superávit fiscal a la que se comprometió la Argentina con el Fondo Monetario Internacional en el marco del acuerdo Extended Fund Facility (EFF) que finalizará a fin de año y que se encuentra en plena discusión técnica entre Buenos Aires y Washington para la novena revisión, es decir, las metas que vencieron a fines de junio.
El Gobierno quedó con el dato de agosto en zona de cumplimiento del piso de superávit fiscal, aunque septiembre se trate de un mes que será más complejo para las cuentas públicas. Por un lado, por una menor recaudación por la baja del impuesto PAIS que resentirá a la recaudación tributaria; y por otro, un crecimiento de los ingresos por medidas como la recomposición de Ganancias o la moratoria impositiva.
El excedente fiscal de agosto antes del pago de intereses de deuda -y que es el número que tomará en consideración el FMI- está casi un billón de pesos por encima de la meta de septiembre
Con el último dato disponible a agosto, el superávit primario acumulado fue de $8,7 billones. Así, quedó bien por encima de esa pauta prevista en el programa. Ese excedente fiscal antes del pago de intereses de deuda -y que es el número que tomará en consideración el FMI- está casi un billón de pesos por encima de la meta de septiembre.
El análisis de los datos que dio a conocer la Secretaría de Hacienda muestra, según Balanz, que “los ingresos cayeron un 13,9% anuales en términos reales, aunque esto se debe a una base alta por la devaluación del año pasado”, en agosto, mientras que “en contraste, el gasto real se contrajo un 23,7% anual”. En tanto, en el acumulado entre enero y agosto, “los ingresos bajaron un 6,1% anual en términos reales, pero esto ha sido más que compensado por una contracción del 30,0% anual en el gasto real”.
Por su parte, LCG diseccionó cómo estuvo compuesto el ajuste de las cuentas públicas de los primeros ocho meses del año: “32% por la licuación y el recorte en jubilaciones y pensiones, 28% por el drástico freno de la obra pública, 22% por la mayor recaudación del Impuesto PAIS y de Derechos de exportación y 18% por menor gasto en subsidios”, midieron. “Estos ajustes más que compensan la caída abrupta que todavía muestra la recaudación tributaria en medio del contexto recesivo”, planteó la consultora que fundó Martín Lousteau.
Hacia adelante, ese centro de estudio cree que para lo que resta del año el aporte del blanqueo y la moratoria tendrán que compensar la caída de 0,2% del PBI de ingresos por la reducción del impuesto PAIS y una mayor demanda de gasto que identificaron en el ajuste del coeficiente de coparticipación para la Ciudad de Buenos Aires (0,07% PBI vía transferencias) y otros factores como “reconocimiento de gasto aún no devengado (por ejemplo productores de gas) y mayores necesidades financieras por intereses de LEFIs (0,07% PBI). Proyectamos un superávit primario de 1,3% para todo el año”, indicaron.
Al último día de este mes el BCRA debería poder mostrar que acumuló USD 8.700 millones más que el nivel que tenía al momento del cambio de Gobierno. Estimaciones privadas hablan una necesidad de hasta USD 2.000 millones
Pero a fin de mes finalizará también el esquema de metas de acumulación de reservas en el Banco Central. Para este caso, la última parte de septiembre le requerirá a la autoridad monetaria un esfuerzo de acopio de divisas adicional que en el mercado dudan que esté a tiempo de conseguir.
Al último día de este mes el BCRA debería poder mostrar que acumuló USD 8.700 millones más que el nivel de reservas que tenía la entidad al momento del cambio de Gobierno. Estimaciones privadas hablan de una necesidad de sumatoria de divisas de hasta USD 2.000 millones, según cálculos de la consultora LCG.
Desde PxQ, en tanto, advierten que un recurso que podría ayudar al equipo económico a achicar esa brecha de cumplimiento es que existen “ajustadores” de la meta de reservas en caso de que los desembolsos de organismos internacionales hayan sido menores a lo previsto. Es algo que se dirimirá, en todo caso, en la décima revisión trimestral, prevista posiblemente para noviembre.
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